Ni el Mundial de Rusia (14 de junio al 15 de julio) nos salva este verano del habitual mercadeo de futbolistas. Es más: la efervescencia mundialista lo alimentará más si cabe. Aún queda la jornada de hoy para acabar la Liga y ya se ha podido leer, entre otras lindezas, que Inter y PSG vienen a por Bardhi. Parecen noticias pero a menudo se trata de globos sonda que muchos medios propagan para obtener clics rápidos. Así están las cosas en la era del clic.
El verano es, para los futboleros más yonquis, un tedioso intermedio entre temporada y temporada, más llevadero los años en que hay Eurocopa, Olimpiadas o Mundial. Para mitigar el vacío y ahuyentar la depresión postliga los niños coleccionan cromos y ensayan onces en la Play. Los mayores, a su manera, hacen lo mismo, pendientes de prensa escrita, redes y radios. En otro tiempo -sin Google- íbamos a diario al quiosco por si ya había salido el Extra Liga de Don Balón.
Y así durante tres meses. Parece que el curso 2018-19 comenzará el 18 de agosto. Tres meses para rellenar periódicos e informativos con fichajes y, sobre todo, rumores de fichajes. Ya saben: lo que envuelve al fútbol es cada vez más importante que el propio fútbol. El culebrón, de hecho, ya ha empezado y para un club humilde como el Llevant, que debería aspirar a mantener a la mayoría de su actual plantilla, el circo de los fichajes puede ser demoledor, con las expectativas y las dudas generadas por la presión de representantes y medios, todo envuelto en un alud de medias verdades, mentiras y escasas certezas que en nada contribuye a una pretemporada tranquila.
En la directiva granota hay auténticos entusiastas del tema, como ya sucedía con Villarroel, que tenía unos carpesanos con fichas de futbolistas y pasaba horas y horas en Orriols estudiando perfiles y llamando a representantes, junto a Manolo Salvador y algunos directivos. Así disfrutaba del fútbol.
La posibilidad de acabar la Liga con 49 puntos y en mitad de la tabla -un éxito mayúsculo- no debe eximir a Tito de analizar los errores cometidos y aprender de ellos. Sería importante cerrar la plantilla cuanto antes para hacer una pretemporada realmente útil. Además habrá que decidir cuanto antes qué hacer con los cedidos (Saveljich, Samu, Verza, Espinosa, Rubén, Pepelu) y agilizar las salidas de los que no continuarán. Este trabajo inicial, previo a los fichajes, será determinante.
Una buena dirección deportiva no lo es por la cantidad de incorporaciones. Ni siquiera por el índice de acierto. El éxito real, al final, radica en conseguir un vestuario sano y comprometido. El Llevant del futuro no será muy distinto (esperemos) del que firmó uno de los mejores encuentros de su historia frente el Barça. Aunque ello tal vez sea aburrido y preconice un verano largo y tedioso para algunos enamorados de los cromos.
