El Poble Nou de Benitatxell es el pueblo de la longevidad. Superar la barrera de los cien años es una proeza, pero cada vez hay más personas que viven un siglo. En Benitatxell, sin embargo, tres de sus actuales vecinas son ya centenarias. La última en sumarse a ese club de la longevidad es Mónica García Bolufer, quien este 2 de enero cumplió los cien años. María Colomer llegó al siglo el pasado 29 de julio y Pepa García ya frisa en los 101 años. Los hará el próximo 5 de febrero.

Rural Cops, la convenció para que saliera en una de las escenas.

La anécdota define muy bien el carácter de una mujer que perdió a su madre con 18 años y a la que le tocó sacar adelante con su padre la casa. Sus familiares recuerdan un episodio que les ha relatado muchas veces. El padre de Mónica, que era labrador, enviaba a alguno de sus trabajadores a Dénia, donde en la dura posguerra se hacía trueque. Los vecinos de aquí cambiaban trigo y harina por arroz que traían habitantes de la Ribera. Era una actividad de matute y para tipos bragados. «Mi abuela se empeñó en que quería ir una noche», explicó ayer uno de sus nietos. «Pero lo pasó tan mal que dijo que 'una y no más'».

Mónica estudió en València dos años corte y confección. Ya de anciana, cuando sus nietos le llevaban al Cap i Casal, les pedía ir a la plaza de Emilio Castelar. Aunque le insistían en que ahora se llamaba plaza del Ayuntamiento, para ella siempre ha conservado el nombre con el que la conoció.

Esta anciana se conserva muy bien. «Va a casa de la vecina a ver la novela y también a misa», indicó el mismo nieto. El último día de la festividad Tots Sants se fue, sin avisar a ninguno de sus familiares, caminando ella sola al cementerio. «También es muy curiosa. Nos pregunta que qué es eso del 155», añadió su nieto.