Populares y segregacionistas han sido los primeros en posicionarse en contra de la propuesta presentada por el equipo de gobierno de Sagunt para bajar el tipo de gravamen del impuesto de bienes inmuebles (IBI), pero sin llegar a compensar completamente la revalorización catastral, de tal forma que la recaudación, en caso de cumplirse las previsiones, aumentaría hasta situarse por encima de los 15,8 millones.

Sobre estos niveles de ingresos, el portavoz del PP, Sergio Muniesa, recuerda que, desde la oposición, «tanto Compromís como EU exigían que se rebajara hasta los 13 millones». Ahora, ya en el gobierno «han aumentado un millón de euros la recaudación prevista en nuestro último año de gobierno. Esa es su coherencia», añade Muniesa.

Los populares insisten en que esta subida del IBI «supone más presión fiscal, es decir, reducir la renta disponible de las familias y restar competitividad a las empresas», de tal forma que consideran la propuesta «un disparate más» que se basa en «recaudar el dinero que no tienen y exprimir a las personas».

Subida innecesaria

Por su parte, Manuel González (IP) señala que «esta subida nos parece innecesaria, cuando la liquidación presupuestaria de los últimos años en el ayuntamiento se ha saldado con superávits millonarios». Además de insistir en que, tras la revalorización catastral, se grava especialmente los inmuebles del Port «una media del 18 % por vivienda más que en Sagunto», los segregacionistas proponen que el tipo de gravamen se rebaje hasta el 0,5, «para que los ciudadanos paguen lo mismo o un poco menos», por el 0,52 que plantea el tripartito, que supone «un incremento del 1,5 %».

Desde IP también se apunta la necesidad de pedir una revisión de la ponencia de valores antes de mayo del próximo año para que el Catastro de su visto bueno.