El asunto ha llegado hasta el claustro de este colegio concertado, donde se ha abordado la situación y se ha decidido mantener la norma que lleva aplicándose desde hace 20 años que consiste en evitar las botellas de agua en el ciclo de infantil.
La directora en funciones del San Pedro, Teresa González, explicaba a Levante-EMV que se suprimieron las botellas por el «problema que generaban en clase. Los niños las cerraban mal, el agua se caía, se les abría en las mochilas, se mojaban los libros». Ante esta situación, los alumnos de Infantil beben agua del grifo, una medida a la que se opone el padre de esta alumna que ha trasladado su protesta también a la redes sociales.
El progenitor de la pequeña no solo lamenta que su hija tenga que beber agua del grifo, sino que «no se le permita» llevar una botella de agua o que se nieguen aplicar otras alternativas como rellenar los vasos de los niños con agua embotellada. Este padre insiste en que estas opciones se dan en otros centro del municipio y con otros alumnos del colegio San Pedro, puesto que a partir del ciclo de Primaria, ya se pueden llevar botellas.
La directora en funciones añadía en declaraciones a este diario que «no podemos cambiar las normas de un centro por un capricho. El agua del grifo es potable, llevamos utilizándola toda la vida y no se ha puesto nadie enfermo por esto. Además se pasan unos controles de sanidad».
Desde la Asociación de Padres de Alumnos (Ampas), su presidenta, Lola Maravilla, aseguraba que no ha habido ninguna queja formal, aunque «todavía no se ha celebrado la asamblea» por lo que no descarta que el tema se lleve a ésta en unos días.
