Una ovación en pie de un auditorio de 400 personas puso el broche a cerca de dos horas en las que personalidades de primer orden en la sociedad comarcal glosaron el libro La memoria necesaria. Historia del Puerto de Sagunto III. La dictadura franquista, del investigador Buenaventura Navarro.

Este volumen, que da continuidad a un trabajo iniciado hace más de 25 años, alcanza las 768 páginas, en las que se recoge la biografía de 46 personas. La base del relato, además de los archivos, son las 311 entrevistas a personas "justas y sencillas", cuyo testimonio sirve para "crear una red de vivencias para calmar nuestra inquietud".

El "cronista oficioso del Port de Sagunt", como se encargó de señalar el presentador del acto, Carlos Xavier López, cedió el protagonismo a seis voces que ofrecieron un pequeño adelanto de este volumen por secciones.

El primero en hacerlo fue uno de los referentes sindicales, Enrique Ruiz, quien coincidió con otros compañeros de mesa en que este libro "permite hacer una nueva lecturas de muchos acontecimientos cercanos hasta el punto de cambiar los juicios en algunos casos". El exsecretario comarcal de CC OO centró sus palabras en la Compañía Minera de Sierra Menera, que "vivió jodida y murió rematadamente mal" y en sus obreros, que fueron "porteños de segunda" por las diferencias salariales con respecto a Altos Hornos. Ruiz también recordó los encierros y manifestaciones callejeras que siguieron a 300 despidos en 1973, una movilización que "fue la primera del franquismo cuyo motivo era el laboral".

El siguiente punto en el que puso el foco la presentación del libro fue la educación, sobre la que Navarro ofrece en su libro las averiguaciones sobre los 32 profesores del Port que tuvieron que someterse a la dictadura. Muchos de ellos sufrieron el traslado forzoso, en un "baile de maestros", según lo calificó Pedro Luis Alonso, coordinador comarcal de las asociaciones de padres y madres de alumnos. "Así pretendían dificultar la vida familiar de los profesores y dejarles claro que cualquier paso en falso sería castigado". Alonso también señaló el profundo carácter fascista y católico de la educación, que en el Port se combatió hasta el punto que una orden instó a investigar la "coeducación prohibida" que se había detectado en el 'poblado del Puerto'.

La iglesia fue el siguiente tema, del que se ocupó la médica Pilar Carceller, quien hizo un repaso de las dos épocas que vivió esta religión durante el franquismo: La primera en la que seguía las órdenes del régimen y la segunda, en la que un aire fresco hizo que la iglesia del Port se abriera a la realidad obrera. Sobre este asunto se hizo referencia, como recoge el libro, al trágico episodio que supuso la muerte del niño Francisco Calero a manos de un padre paúl.

Vicente Muñoz tomó después la palabra para hablar de la siderúrgica, que "es la historia del Puerto Sagunto durante el siglo XX, ya que presidió la economía y la psicología con una estructura clasista, que reservaba zonas de uso exclusivo en la iglesia, la playa o la Gerencia".

Capacidad de supervivencia

Por su parte, la exdirectora general de Patrimonio, Evangelina Rodríguez, centró su intervención en la vida cotidiana y las mujeres con un testimonio muy personal, en el que destacó la capacidad del Port de "empezar de cero cuantas veces sea necesario para sobrevivirse".

Antes de que Navarro pusiera el broche, el escritor Alfons Cervera señaló que el libro "es necesario para aprender a ser mejores y su lectura requiere una complicidad para entender la dignidad y la decencia de quienes tuvieron que vivir en una dictadura más cruel". La voz de Joan Manuel Serrat con los versos de Miguel Hernández puso el último toque a una presentación emotiva que conmovió el alma de muchas personas que verán su vida reflejada en este libro de Buenaventura Navarro.