Un 47,1% de los adolescentes saguntinos consume alcohol al menos ocasionalmente. Una práctica que se inicia a edades muy tempranas. Según diversas encuestas municipales, entre los 13 y los 14 años. Los datos muestran que

Ante estos datos, los departamentos municipales de Juventud y Servicios Sociales han puesto en marcha una iniciativa pionera: hacer que los propios jóvenes adviertan a sus compañeros de los riesgos.

Sergio tiene 19 años y es uno de los jóvenes que colabora en la experiencia. Tras recibir un curso de técnicos en conductas adictivas, imparte junto con otros jóvenes charlas por los institutos para sensibilizar a los chavales.

«El tema ya se llevaba a los institutos, pero siempre con gente mayor, por lo que faltaba conexión», comenta. «Ahora, de joven a joven, todo es más sencillo», afirma. Desde que se ha puesto en marcha el programa unos 350 adolescentes han participado en estos encuentros.

A pesar de ello, Sergio destaca que en sus charlas por los institutos huyen del mensaje moralista. «Nosotros no le decimos a la gente que no beba, de hecho yo, por ejemplo, bebo; lo que le decimos es que lo haga de manera responsable», destaca.

Para Sergio el consumo de alcohol entre los jóvenes saguntinos tiene un nombre: La Curva. Se trata de una zona del paseo marítimo, próxima a una discoteca, donde los jóvenes de entre 14 y 19 años se reunen los fines de semana para hacer botellón. «En la discoteca se consume poco porque es caro, pero en La Curva todo es alcohol», nos dice.

El peligro de la adicción

A su juicio, el problema se vive cada fin de semana con un goteo de comas etílicos, «yo mismo he tenido que llamar una vez a la ambulancia para ayudar a un chaval que era incapaz de mantenerse en pie», recuerda. Pero hay algo peor que la mala experiencia puntual: la adicción. De hecho, el alcoholismo es la principal causa tratada en Sagunt por los especialistas en conductas adictivas. Sin embargo, el porcentaje de adolescentes que acuden a los servicios municipales de asistencia por el alcohol es paradójicamente bajo, solo un 11 %.

Sergio da una clave para explicar este hecho: «el consumo de alcohol está demasiado normalizado».Por eso, en su opinión, no hay que bajar la guardia. «La gente piensa que solo bebe el fin de semana y no pasa nada, pero se está creando la necesidad de que para que haya diversión tiene que haber alcohol», afirma.