Quien espere divismo y altos humos se equivoca. Rosa López llega sonriendo, acepta con buena cara las indicaciones del fotógrafo, recibe cercana a los fans arremolinados en torno a su trabajadísimo cuerpo y, después de la conversación se despide con un par de besos, una sonrisa y dando las gracias.

Parece que no le ha sentado mal la popularidad...

No sé. Intento llevarlo con lo que mis padres me han enseñado y con lo que vas aprendiendo, y en estos once años no he dejado de aprender. En mi caso, además, el aprendizaje tuvo que ser rápido, en el momento y delante de un país entero. En cuanto a la fama, creo que tengo suerte. Disfruto y vivo de mi música, y la gente se acerca a mí con mucho cariño, puedo llevar una vida normal. Hace tiempo sí era una locura, ni siquiera podía salir a la calle.

¿En alguna ocasión llegó a pensar en dejarlo por ese motivo?

No, dejarlo no. Pero sí era complicado. Y el planning era brutal. Y Managers, rock maganers, style managers..., montones de palabras raras, montones de personas que te traían y llevaban... Pero bueno, eso es al fin y al cabo lo que hace posible la vida de un artista, ¿no? ¿Si no, a quién le cantamos?

A la vida, siempre a la vida.

A la vida, a las personas. La música es para eso, para ofrecer sentimientos. Y yo me retroalimento de eso. Es muy bonito, es como cuando te enamoras, que lo quieres dar todo sin saber por qué, y cuando llega el momento de hacer el amor, lo haces con una pasión y un estremecimiento tal, que quieres repetirlo.

Si ha salido bien...

(Ríe) Bueno, generalmente... A mí me tiene enganchada el amor, la música, la gente. A la gente se lo debemos todo los artistas, le debes la vida. Y yo más todavía desde que murió mi padre, hace cinco añitos.

Vamos al disco. El primero se tituló Rosa, y este último, Rosa López. ¿Algún mensaje?

Siempre hay un motivo. Este trabajo está cargado de letras que llenan mi vida, he formado parte de la composición, de la producción... Rosa López porque ahora comienza una nueva etapa, en la que tomo un poco las riendas, apuesto y arriesgo por mi propio proyecto. Y espero que de aquí en adelante siga siendo así. Han pasado ya once años, se acabó toda esa fantasía y, a pesar de los tiempos que corren, he decidido apostar por lo que creo. Por eso este no es un proyecto de versiones, excepto el primer sencillo, Yo no soy esa [de Mari Trini]. No me quedó más remedio porque mi mejor amiga, mi hermana, me la cantó un día, recordé que mi padre también me la cantaba, y me dije: la voy a meter. El resto son todas canciones inéditas.

¿Esa canción es coherente con el resto del disco?

Sí, porque tiene una producción para que pueda escucharlo gente de cualquier edad, desde un niño a una persona mayor. Pero también era un riesgo. De hecho, me dio respeto eso de envolverla Yo no soy esa en un nuevo papel de regalo. Pero también sirve para que la gente vea que lo realmente bueno en la música perdura. Da igual el ritmo que le pongas, el sonido que le metas, cómo la cantes... Yo no soy esa sigue siendo una buena letra y una buena canción.

En Rosa López también hay una con letra y música suyas.

Ya había metido antes alguna, como Ahora sabes cómo soy, que la compuse con 13 añitos, por el primer amor que tuve; y en otro álbum metí otra compuesta con un amigo, Destino... Voy poquito a poco, porque la gente no me conoce como autora y tampoco quiero dar esa imagen. A mí me gusta cantarlo todo, me gusta interpretar, sentir lo que canto, sea de quien sea. También tengo en mente para el futuro, cuando tenga más experiencia y mi corazón esté más curtido, grabar un disco con canciones propias. ¿Por qué no?

¿Hasta qué punto se ha implicado en la composición y la producción de este Rosa López?

Al máximo. Ahora el disco ya está en el mercado, pero, si pudiera, querría seguir mejorándolo. Tengo un amigo músico, Lorenzo, que me llama Ysi, porque yo siempre estoy con que ¿y si hacemos esto, y si hacemos lo otro...? Es que se me va la cabeza, me fluyen los sentimientos, la imaginación, y vuelvo loco al personal.

Una mujer creativa.

Me encanta. Escribo guiones, canciones, poesía, también estoy escribiendo un libro...

¿Un libro...?

Sí, pero prefiero no hablar. No conviene, los proyectos no salen si se cuentan antes de tiempo.

¡Vaya, supersticiosa...!

No, pero hago las cosas por si acaso... (ríe).

¿Qué diría que transmite Rosa López, cómo define el disco?

Es como yo misma, no sabría definirlo mejor. Tiene rabia; o, mejor, fuerza. Fuerza de niña, de mujer...

Entonces lo mejor será que nos diga cómo es usted.

¡Huy!, eso es muy complicado, cada día soy de una manera (ríe). Bueno, soy muy cabezona. Y se me pica muy rápidamente.

¿Qué signo del zodiaco es?

Capricornio. ¿Sabes qué? Los Capricornio, aunque nos vengamos abajo en un momento dado, luego salimos con una fuerza... Y somos muy buenos para pedir perdón. Nos enfadamos muy rápidamente, eso sí, y si nos enfadamos, ¡tela! Peeeero... en dos minutos se va to. Tú me dejas a mí en un rinconcito pa que respire dos minutos y ya está.

¿Qué más?

También soy muy impulsiva, para bien y para mal.

¿Está ese impulso en el disco?

En todo el disco, sí, sí, sí. Es un disco creado desde cero. He estado muy pendiente de él desde el principio..., que esto yo no sé hasta qué punto es bueno o malo, porque a veces luego, cada persona... Yo lo que quiero es que la gente que lo escuche..., no sé, es tan complicado... Los sentimientos no se venden.

¿Dónde hay que escucharlo para disfrutrarlo bien?

En el coche. A mí me gusta escuchar la música en el coche. Y que vayan con niños, porque es un disco como un repertorio, porque yo creo que la música no se puede etiquetar por estilos. Es como las personas, que no puedes etiquetarlas.

O quizá no debemos...

Eso, no debemos. Las personas somos imprevisibles, y este disco en su momento fue así, imprevisible. Nació de sentimientos y de impulsos, como cuando vas haciendo fotos: haces una y ahí se queda. El día 29, espero que a la gente que esté en el Palau de la Música le llegue de la manera que yo lo sienta en ese momento.

Pongamos que ha terminado el concierto. ¿Cómo le gustaría que saliera la gente del Palau?

Pues es una pregunta que debería hacerme yo misma. ¿Cómo me siento yo con este trabajo? Es como un hijo, que una vez que va creciendo ves que es algo cabezón..., en fin, que no es perfecto, que es humano. A lo mejor eso es lo que pasa con el disco. Lo que decía, que me gustaría seguir mejorándolo. Pero bueno, me gustaría que la gente saliera del Palau pensando que han escuchado a alguien que sigue teniendo muchísimas ganas de luchar, de evolucionar como persona y en la música. Que a través de esa música hayan visto mi personalidad, mi forma de sentir...

Acabará como cantautora...

Sueño con que algún día... Pero creo que no hay llegado todavía el momento.

Antes se definió como impulsiva, pero eso es prudente.

Soy impulsiva, pero también me echo atrás muy rápidamente si mi intuición me dice que algo no... A ver, uno de mis sueños sería hacer un disco completamente diferente a este. No porque este no me guste, que ha nacido de mis entrañas, sino porque yo echaría mil fotos a mis sentimientos para que la gente me conozca. Pasan y pasan los años y no acabamos de conocernos.

Pues usted parece que se mira mucho por dentro...

Tengo mucho mundo interior, mucho, mucho. Tanto, que a veces no organizo bien todo lo que quiero decir. Alguien puede pensar que estoy más pallá que pacá, pero no, todo tiene sentido en mi interior. Además, a veces parece que estás vendiendo el pescao, y yo no quiero eso. Menos ahora, que España está como está y mucha gente no tiene.

Bueno, el que compre Rosa López será que puede y quiere.

Que lo compren como si fuera una medicina, si hiciera falta.

Ha lanzado una edición de lujo, con disco, dvd, making of...

Sí, hemos arriesgado bastante y estoy muy contenta. Es una producción de calidad, a la altura de lo que se merece la gente, aunque no son buenos tiempos para nadie.

¿Cómo ve la situación y lo que están haciendo con nosotros?

No me gusta opinar de esto como artista, porque siempre te colocan políticamente en un lado u otro. Yo querría lo que cualquier cristiano: que todos tengamos trabajo, un sueldo digno, que estemos cubiertos en la salud...

¿Y los hombres, cómo los quiere?

¡Huy!, ese panorama también está muy mal.

¿Poco pescao o baja calidad?

No son tiempos de amor de chicos, son tiempos de amor familiar. La gente no se compromete, y si se compromete, da la sensación de ser por conveniencia. La palabra novio, por ejemplo, para mí está desfasada totalmente. Un hombre..., piensas que te gustan así y asao, y luego resulta que te llama la atención alguien que no tiene nada que ver con eso, que te llama por cómo habla, por cómo siente, por cómo te ha mirado..., no sé.

Esas cosas raras de las mujeres...

Sí, es que las mujeres somos muy extrañas. Si alguien nos llega, nos llega, da igual que esté dentro de tus cánones o no.

Una de las canciones de Rosa López se titula Manos Unidas, acaba de estar usted en otro acto benéfico... Le preocupan esas cosas.

Sí. Me gustaría hacer más. De hecho, mi vocación empieza así, porque yo vivía en una barriada donde solo había gitanillos y quería hacer un concierto. Mi padre se reía, pero al final fíjate. Al final nos dedicamos a la música, pero falta tiempo para ayudar.

Está bien recordar quién es y de de donde viene uno, ¿verdad?

Claro, por supuesto. Y ayudar siempre que se pueda.