El pasado viernes desfilaron por el estadio de Maracaná grandes estrellas del deporte y países con delegaciones realmente impresionantes con centenares de atletas. Pero allí, y esto reside gran parte de la grandeza de los Juegos Olímpicos, estaban otros deportistas y especialidades mucho más modestas, así como países pequeños, de los que no se suele hablar, pero cuyos deportistas también entrenan duro a diario para conseguir sus sueños. Entre ellos estaba la judoca andorrana Laura Sallés. Afincada en Valencia desde hace ocho años, es una de los cuatro integrantes del Valencia Club Judo que competían en estos Juegos. De hecho, es ya la última superviviente tras las eliminaciones de este fin de semana de Julia Figueroa, Laura Gómez y Sugoi Uriarte.

Ella mostraba a Levante-EMV su gran orgullo por defender a su país y espera ya con «gran ilusión» su debut de mañana después de haberse emocionado el viernes llevando la bandera: «Cuando estás en el túnel sientes el estrés, te dicen, «camina», y de repente entras, te viene toda la luz y ves ese estadio con toda la gente. Además, como salíamos de los primeros la gente estaba aún muy emocionada y gritaban un montón. De repente, me vi ahí en una gran pantalla y me dio por empezar a mover la bandera», confiesa.

Laura era uno de los cuatro representantes de la humilde representación andorrana. Una circunstancia que hace que lo vivan todo de otra forma: «Los países grandes también lo viven un montón. Pero los países pequeños como nosotros, como somos tan pocos, nos juntamos más, hacemos más piña. Nos conocemos todos. En los países grandes va cada delegación por su cuenta. Aquí nos mezclamos más con los políticos, con la gente del comité olímpico...».

Ya dentro del estadio, Sallés pudo relajarse más y conversar con el resto de abanderados, como una chica de Aruba u otra de Islas Caimán. Incluso se pasó a saludar a Rafa Nadal. Eso sí, poco porque «la gente no paraba de pedirle selfis al igual que sucede también en la villa olímpica donde no le dejan casi ni comer, pero él siempre responde», asegura.

«Lo de Laura fue una lástima»

Laura Sallés compite con Andorra, pero andaba estos días muy pendiente también de sus amigos Laura Gómez, Sugoi Uriarte y Julia Figueroa. Ayer lamentaba especialmente la derrota de la primera: «Estaba contenta con el primer combate, porque era difícil y lo sacó súper bien, pero la rumana era muy fuerte y no pudo ser, fue una lástima».

Ahora se centra en su participación de mañana, a partir de las 15.00 horas, contra la australiana Katharina Haecker: «Voy a darlo todo, puedo ganar y perder también. Si me clasifico, la japonesa es más complicada, pero ya se verá», augura.