Las precipitaciones continuadas favorecen la tierra y los cultivos, además de evitar riegos. Sin embargo, un exceso de humedad, unido a jornadas cálidas, como las que todavía tenemos, también puede ocasionar problemas. Por ejemplo, la Unió de Llauradors i Ramaders ha detectado un rebrote preocupante del hongo Mycosphaerella hawai en frutales como el caqui en el campo valenciano. Esta plaga, con más incidencia en los árboles que la padecieron la campaña pasada también en esta época, pone en peligro el valor comercial de las cosechas, ya que no sólo genera manchas en las hojas, sino también en los frutos. De hecho, los agricultores han reclamado a las administraciones más investigación sobre Mycosphaerella para hacer frente a esta incertidumbre. La roya (Phragmidium subcorticium) es otro hongo. Los días más húmedos de principios de otoño suele afectar a especies sensibles. Es el caso de los rosales. Las primeras tonalidades de óxido sobre las hojas se transforman en manchas negras, por ello, se recomienda un tratamiento preventivo.