La reunión de ayer del presidente Camps con empresarios de toda procedencia y linaje es muy representativa del delicado momento que atraviesa el inquilino del palau de la calle Cavallers. El impacto preelectoral de la fotografía debe servir para amortiguar el efecto que en las últimas semanas han tenido las demandas sincronizadas de las principales organizaciones empresariales reclamando a la Generalitat que haga frente a sus obligaciones y pague lo que debe. El gesto de Iberdrola cortando el suministro eléctrico a modo de advertencia en instalaciones no vitales de Ferrocarrils de la Generalitat ha hecho saltar también todas las alarmas; de hecho, destaca la presencia ayer del presidente de la eléctrica entre un elenco exclusivo de empresarios valencianos. La situación es tan crítica que al presidente no le ha quedado más remedio que remangarse personalmente. La cuestión es si servirá de algo.