Madrid será sede, entre los próximos 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre, del X Encuentro Nacional de Aficionados a la Meteorología (ENAM). No quedan plazas. La reunión, auspiciada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), sigue teniendo tintes modestos, pese a que está ya más que consolidada en el calendario anual de una legión creciente de aficionados a la meteorología que ha encontrado en internet y en las posibilidades que ofrece su paraíso particular. Hasta la aparición de la red, un aficionado a la meteorología era alguien cuyas opciones eran mirar al cielo en busca de signos o esperar que el programa de televisión dedicado al tiempo, desde siempre uno de los de mayor audiencia, fuera generoso presentando isobaras, anticiclones y borrascas. Algunos canalizaban su interés convirtiéndose en sacrificados observadores por cuenta del Instituto Nacional de Meteorología, llamado hoy Aemet. La información, como en la Edad Media, estaba solo en manos de los monjes, en este caso los meteorólogos de las agencias estatales, sin fluir hacia el exterior. Con internet todo ha cambiado. Aunque todavía hay algunas restricciones, la información clave para la predicción es cada vez más accesible y su traslado a internet casi inmediato. Las nuevas condiciones han favorecido que aparezcan decenas de portales en internet en los que participan centenares de «aficionados» que demuestran a diario una enorme capacidad de análisis y en los que ejercen su capacidad de predicción. Resulta cuanto menos curioso que una inquietud tan atávica en los humanos como la de poder anticipar el tiempo del que dependían cosechas, batallas y vidas, haya encontrado un espacio ideal para su desarrollo en un vehículo tan reciente como internet, aunque nada sorprende ya cuando se trata de la red y de su capacidad para fagocitarlo todo.

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