Sin periodistas no hay periodismo». Éste es el titular del Manifiesto de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) en su diagnóstico certero de la realidad mediática, del cierre de medios y despidos de coleg@s. Y esta barbarie mediática debe tener un freno eficaz, duradero y unitario en las empresas y en los periodistas. Sugiero algunas reflexiones:

Cuando no hay dinero y los convenios colectivos deben ser revisados, ¿qué hacen los representantes de los trabajadores? Simplemente negociar mejoras sociales que palíen la desventaja económica. Si aplicamos este criterio al hoy periodístico, podemos aventurar algunas mejoras que permitan conservar los puestos de trabajo, sirvan a los intereses de los consejos de administración y fidelicen las audiencias en radio y televisión y a los lectores en papel o en digital.

Algunas propuestas para las empresas: buscar alternativas horarias más reducidas que repartan el trabajo entre todos y faciliten la conciliación y el trabajo on line, porque es preferible cobrar menos que no cobrar; estudiar la rentabilidad de los inmuebles y de los servicios, porque quizá la concentración de medios en locales unificados abarate los costes; favorecer la profesionalidad de los periodistas porque cuando no lo son, la culpa no es suya sino de la escasez de medios, o respetar las opiniones personales de los colegas sobre la actualidad sin imponer la línea editorial, que puede variar según el sol que más calienta (se conseguirá así aumentar la credibilidad del medio como independiente).

Algunas iniciativas interesantes para la Administración: si el problema es la liquidez, exonerar impuestos a las empresas que contraten a periodistas o mantengan los puestos de trabajo con gran esfuerzo; facilitar el abaratamiento del papel, de la luz o del agua, porque lo importante no es obtener beneficios, sino que el producto salga a la luz. En definitiva, aplicar el sentido común.

Y una invitación a los periodist@s: nuestro mayor obstáculo no reside fuera sino dentro. Nuestro ego nos pone la zancadilla cuando nos saltamos a la torera la búsqueda de la verdad o el servicio a la sociedad como meras correas de transmisión. No pasa nada porque compartamos la información con el relevo o que pasemos los contactos a los siguientes.

Estos sueños, no fantasías, y todas las necesarias hojas de ruta del periodismo, tienen una solución global: un Colegio de Periodistas valenciano demandado más que nunca por nuestra sociedad. Si es cierto que sin periodistas no hay periodismo, también es verdad que el periodismo es vocacional y genético y debe ser ejercido por profesionales de la comunicación y con los medios dignos y adecuados.

?Presidenta de la Asociación Mujeres Periodistas del Mediterráneo