El sociólogo y ex dirigente del PSOE Ignacio Sotelo apuntaba en un reciente artículo («La segunda fractura») el riesgo de que las diferencias sociales ahondadas por la crisis hagan renacer las dos Españas. Ése sería el peor escenario para todos: no sólo para la España de los perdedores, sino también para la de los supuestos ganadores, pues la injusticia social antes o después hace saltar por los aires la paz social. No parece que el actual Gobierno se esté dando cuenta del fuego con el que juega. Aceptando que los recortes sean inevitables, no es aceptable que se penalice, sobre todo, a los más débiles. Y lo que desde luego no tiene sentido es abrir otros frentes innecesarios, promoviendo también las dos Españas en asuntos tales como el del aborto. Quizá Rajoy, que en realidad lidera una coalición de derechas, tenga que dar carnaza a sus ultras, pero debería medir bien los peligros.