No sé a quién querrá sorprender la consellera Lola Johnson, salvo a sí misma, con las manifestaciones de ayer en las que volvía a culpar al Gobierno de Zapatero de la situación del Museo San Pío V y argumentaba que ella no veía falta de voluntad política dejar a la mitad la ayuda al Palau de les Arts. Así, sin más. A lo grande.

No creo que Johnson desconozca que existen las hemerotecas o que haya olvidado sus años al frente de los informativos de RTVV cuando día sí y día también colaba algún que otro discurso victimista de nuestros gobernantes acusando al Gobierno central de todos los males de la cultura. Hasta a Mehta le hicieron dejar de lado la música para lanzar alguna que otra consigna política al respecto. Nadie olvida la nefasta gestión y relación de Sinde y su departamento con Valencia, pero también hay discursos que no se sostienen ni convencen ya a nadie.

Me hubiera gustado ver la cara de la actual directora del San Pío V, Paz Olmos, al escuchar las declaraciones de la consellera. Más aún porque siendo ella directora general de Patrimonio firmó la autorización para el inicio de las obras de la pinacoteca con una consignación de 4,5 millones de euros del Gobierno de Zapatero que Rita Barberá y Alfonso Grau no dejaron avanzar al negar la licencia de obras y escudándose en la permuta de un solar junto a la pinacoteca que es almacén de trastos viejos.

No hace falta llegar a esos extremos para ganarse el sueldo, consellera, porque hasta el propio President Fabra mostraba ayer su enojo con las asignaciones consignadas desde Madrid para esta autonomía. Que es lo que hay que hacer, aunque no sirva para nada.

Si no dar dinero para los dos principales proyectos culturales de Valencia, después de tanto lloro y compartiendo además credo ideológico, no es falta de voluntad política hay alguien que no sabe qué es el arte de la retórica y menos aún negociar.