La reforma de las pensiones que hoy mismo pone en marcha la ministra de Empleo con patronales y sindicatos es vista con desconfianza por los contribuyentes, conscientes de que el nuevo marco será más exigente y difícil. Esta circunstancia y el temor a perder el empleo en el último tramo de la vida laboral, con muy complicadas posibilidades de reinserción, han hecho que los valencianos hayan acelerado en los últimos meses las jubilaciones anticipadas a las que tienen derecho después de los años reglamentarios de cotización, y ello aunque pierdan dinero con el adelanto.

De las 65.000 pensiones contributivas que la Seguridad Social ha otorgado durante la presente crisis económica, iniciada en 2008, cerca del 30 % han sido tramitadas en los últimos 20 meses, según recogen los datos oficiales del ministerio actualizados en agosto. Las consultas a profesionales de sectores como la sanidad y la administración pública que desean poner fin a su etapa laboral antes de la edad reglamentaria se multiplican. Asalariados y autónomos, y muy especialmente este último grupo, se plantean cuando cumplen 60 años el cese de su trabajo de forma definitiva, aunque ello signifique una rebaja de la pensión.

Las organizaciones de trabajadores señalan que el incremento de las jubilaciones anticipadas indica que el sistema está fallando puesto que es la desconfianza la que carga sobre el Estado las pensiones adelantadas, unas pagas que reciben ya 926.077 residentes en la C. Valenciana.