¡Increíble! No por esperada ha sido menos dolorosa la muerte de RTVV. Estamos de luto, señores. Ya es mucho el dolor que implica este vil asesinato. Más todavía el amargo sabor que supone un gobierno tan fúnebre, tan tétrico, tan sádico, como el que nos martiriza a diario desde tiempos inmemorables. La televisión deviene en cultura, pero, ¿desde cuándo creyó en ésta la derecha? Como si de una metáfora se tratase, la degeneración de RTVV ha ido en paralelo a la de un gobierno putrefacto incapaz de limpiar la mierda defecada encima de los valencianos. Curioso karma el de esta derecha que invierte un millón de euros en limpiar la imagen de su televisión para nada. Cierran, por cierto, fieles a su espíritu inquisidor: sin consultar, sin meditar, sin calibrar, sin dialogar, sin escuchar€

Esto ocurre cuando en vez de políticos nos dirige una manada de psicópatas. Que eso parece, sin duda, esta pandilla de fascistas que tratan asuntos de incalculable valor como quien gestiona un chiringuito playero. De nuevo el eterno retorno: la ciudadanía monda y lironda, quien carece de pedigrí, carga con la incompetencia de unos supuestos mandatarios. ¡Y con sus deudas! Dimisión, ¿para qué te quiero? ¡Aquí nadie es responsable de nada! Insisto: esta derecha carece de capacidad para percibir, sentir e interpretar la realidad. Su mundo no se corresponde con el nuestro. Y no hay mayor peligro para una democracia que un gobierno inmerso en un estado mental alucinatorio, alienado, enajenado. A mí me da miedo esta corte de políticos cínicos, insensibles, que toman a lo unísono „y a lo loco„ decisiones vitales para la ciudadanía. Mi vida, como la suya, está en manos de un atajo de chalados.

Espero que este atraco a mano armada conduzca a la «gran salud» nietzscheana. Urge una «gran política» Esto requiere el despertar de la conciencia, abandonar nuestra condición de zombis para actuar, exigir, proclamar y reclamar algo que corresponde a la ciudadanía: su propia vida. Si el cierre de RTVV no conduce a una rebelión ciudadana, si no despertamos a esta Valencia zombi, ¿quién combatirá este estado psicótico político que zarandea nuestra existencia como si mercadearan con una piara de borregos? ¡Elecciones anticipadas ya!