Twitter subió el 72 % el día de su salida a Bolsa, la semana pasada. No sabemos cómo está ahora, no lo hemos seguido, pero hay gente que se ha forrado comprando y vendiendo acciones de la empresa de los 140 caracteres. Usted y yo, no, qué va. Para convertir un euro en 72 euros en la vida real tienes que sudar tinta china. Y ni así. La vida real está cada día peor. Los periódicos solo deberían hablar de la vida real, pero últimamente están llenos de noticias sobre la vida imaginaria. La economía financiera es una forma de vida imaginaria. Pregúntese usted cuánta gente tuvo la información precisa para comprar acciones de Twitter y venderlas en el momento adecuado. Se dice pronto, el 72 % de beneficio en unas horas.

El caso es que llega un individuo de clase media como yo mismo, como usted quizá, y se dice: mira que soy tonto, voy ahora mismo a comprar acciones del pajarito. Usted, sin saberlo, las compra sobrevaloradas porque forman parte de una burbuja, de una pompa de jabón que un señor malo está haciendo en el cuarto de baño de su casa. De modo que en el momento mismo en el que usted se decide, ¡zas!, estalla la burbuja y se queda con dos palmos de narices. Se arruina. Para la gente condenada a vivir en la realidad, es muy arriesgado poner un pie en estas fantasías. Es como jugar al póquer sin saber. Te dejan ganar cuatro manos, para que salives un poco, y a continuación te despluman.

A lo que íbamos: que si un producto que sale a Bolsa con un valor equis, vale a las dos horas equis más setenta, algo raro ocurre. Algo que no es de este mundo, del mundo de usted y del mío. El problema es que nos lo cuentan como si nos concerniera y acabamos por creérnoslo, claro. De ahí las preferentes y demás estafas piramidales que nos han llevado a esta situación. Significa que la información sobre la economía financiera no debería aparecer en los mismos lugares en los que aparece la información sobre la economía real. Es como si la prensa especializada en cuestiones económicas abriera con los resultados de una partida de póquer jugada en Los Ángeles. Sabemos que hay gente que se forra así, pero eso no es un trabajo productivo. ¿O ya sí?