Reconforta que aunque Artur Mas vea en Gandhi una inspiración del movimiento catalán por la independencia no aprecie paralelo entre la India sometida al Imperio británico y Cataluña. Gandhi sería solo una referencia de pacifismo en los métodos e implacabilidad en los fines. Ahora bien, no se puede invocar el santo nombre de Gandhi y meterlo en la escena sin decir quién haría el papel. ¿Sería Gandhi el propio Artur Mas?, ¿en qué otra envoltura corpórea reencarnaría el Mahatma?, ¿será más bien el espíritu del gandhismo el que habría descendido sobre los catalanes?, ¿se habrán convertido masivamente éstos, por esa vía infusa, a la idea de que «la verdad es más poderosa que cualquier arma de destrucción masiva» (Gandhi)?, ¿cómo influirá una idea como esta en la tradición comercial catalana y su práctica? Era todo más claro y tranquilizador cuando el espíritu de Cataluña era el seny.