El intenso proceso de desindustrialización valenciana de los últimos dos decenios contrasta con qué papel debiera jugar la industria en la reanimación de la economía regional. La industria de la Comunitat Valenciana debe ocupar un papel nuclear en cualquier modelo productivo que se quiera innovador y sostenible, por ser una pieza clave para el desarrollo de la I+D+i, por su poder para dinamizar efectos tractores sobre los otros sectores económicos, por su capacidad de internacionalización y por su dinamismo competitivo. Sin embargo, este objetivo difícilmente se conseguirá con los manidos planes de reindustrialización propugnados por las políticas industriales activas. La oferta productiva que ha muerto o se ha deslocalizado lo ha hecho por problemas de falta de competitividad territorial que no tienen una solución sencilla e inmediata. Los factores internos que incentivan la competitividad industrial y la relocalización debieran acompañarse de mejoras en la productividad que permitieran a la Comunitat Valenciana remontar en competitividad regional, y que sólo son alcanzables con reformas estructurales.

La política industrial debe hacer nuestras empresas cada vez más eficientes en mercados cada vez más globales y competitivos, reduciendo sus costes de transacción y de organización interna, estimulando su capacidad de adaptación y asegurando que hay libre competencia tanto en los mercados de productos como de factores. Es decir, propugno políticas industriales de incentive-pull, que son aquellas enfocadas a la creación de un entorno que premie la creación y el desarrollo de empresas innovadoras de alto potencial de crecimiento, y rechazo las políticas industrials support-push, que suponen una perspectiva asistencial al empresario y que al modelar entornos falsamente seguros, desincentivan la innovación, la asunción de riesgos y el emprendimiento. Además, habría que emprender estrategias de creación de ventajas competitivas territoriales que fortalezcan el capital territorial a disposición de las empresas localizadas en la región para permitirles a su vez desarrollar ventajas competitivas específicas que sustenten su avance en aprendizaje e innovación.