Acaba de comenzar el último pináculo mundial sobre las amenazas del cambio climático; el enésimo aquelarre del ecologismo institucional; la parodia periódica en que unos y otros van a fingir buena voluntad y a estudiar los parámetros entre los que habrán de tejer sus nuevos disimulos. El orden del día no diferirá mucho del habitual: fastuosa recepción de magnates; opulento agaporro de bienvenida, para entrar en calor, y sentadita breve pero intensa para darle un primer tiento a la cuestión. Almuerzo de alto copete para saciar los aguerridos bandullos, que han salido incólumes del desayuno, y remojar los gaznates agotados por el parloteo. Luego descanso general como antesala de la sesión vespertina de la gran interpretación, en la que tendrán lugar las apoteosis dramáticas, los compromisos gesticulados, las tomas de conciencia patéticas, los aseguros, los prometos y los visajes de alta escuela.

Si los grandes actores de la historia hubieran tenido el campo visual menos empequeñecido por la fiebre corporativa, seguramente hubieran desechado el Actor´s Studio para emplearse a fondo en las cumbres del clima, donde hubieran aprendido el complicadísimo arte de la representación. No falta quien afirma que el Oscar, para el que nunca les faltaron cualidades, hubiera llegado antes. Este año se han sumado los presidentes de dos países con tradición cinematográfica: China y EE UU; con lo que la diversión está asegurada, porque les veremos rubricar junto al resto varios papelotes con membretes, que serán guardados con gran prosopopeya en las carpetitas que forman parte del imponente atrezzo. Terminada la función, cada uno a su casa en contaminantísimos reactores, y el resto de los hombres a conducir felices, pisando con arrobo el acelerador en vehículos trucados; a combatir el frío con millones de calderas diésel; a emprender cruceros en barcazos como ciudades que surcan el mar entre nubes de CO2, y a practicar el turismo compulsivo en aviones que dejan el cielo hecho una maraña y el aire irrespirable. Empiezan los ensayos para la próxima cumbre.