A la vista del presupuesto general del Estado aprobado en las Cortes por el actual gobierno de la nación, NO considera prioritario el Corredor Mediterráneo, por su trazado natural, accediendo a los distintos puertos, para conseguir la máxima permeabilidad y aportación de flujos de mercancías.

De hecho: 1) Dispone menos fondos que a otros corredores 2) Impulsa un Corredor Central por Madrid y Zaragoza, que a veces, denomina mediterráneo, y 3) Plantea soluciones-parche como las vías mixtas: vía ibérica+ internacional. Estos titubeos y ralentización de las inversiones dañan la potencial recuperación económica de los territorios de Almería, Murcia y de la Comunidad Valenciana, especialmente.

Los continuos silencios del Gobierno sobre la efectiva apuesta por un Corredor Mediterráneo completo quizás estén basados en una corriente de pensamiento ultra nacionalista español, consistente en una España fuertemente centralizada y con comunicaciones radiales desde Madrid. Los planteamientos del Corredor atisban una pujanza económica de una Euroregión mediterránea que desplazaría de su importancia a Madrid, lo que unida a una permanente desconfianza sobre los territorios de habla valenciano-catalana da consistencia a la verdadera razón y no las medias verdades con las que alimenta las páginas de los diarios todos los días.

Nos deberíamos preguntar si lo que se está construyendo sirve para adelantar algo el futuro de un corredor ferroviario completo. Si es así, dejemos que prosigan las obras. Los valencianos somos muy aficionados a cambiar de soluciones todos los días (´fer i desfer´).

Dediquemos el tiempo a preparar el diseño de la solución definitiva para, desde comienzos del año próximo poder plantearle al gobierno que salga de las urnas la solución que necesitamos y queremos. No queda tanto tiempo.