Trasladar la experiencia valenciana a la formación de un Gobierno en España parece haber sido lo que ha movido a la vicepresidenta Mónica Oltra a realizar un conjunto de manifestaciones públicas, con buenas dosis de acierto, después que Pedro Sánchez convocara a Compromís dentro la ronda negociadora con las distintas fuerzas parlamentarias. Es cierto que entre la situación financiera heredada del Partido Popular en la Comunitat Valenciana y el continuo descrédito de los casos de corrupción es muy difícil ver resultados a corto plazo aún con una buena gobernanza. Sin embargo, Oltra, como portavoz del Consell, viene relatando lo que llama rescate a las personas mediante una serie de medidas que seguro están ya amortiguando el sufrimiento generado por una situación económica a la que han contribuido directamente y sin escrúpulos un conjunto de sinvergüenzas a los que seguimos teniendo como vecinos.

Atención a las personas menos favorecidas, lucha contra la exclusión social, mejora de la atención a la infancia, a los dependientes, supresión del copago de los jubilados, mayor sensibilización y ayuda a las mujeres que sufren la violencia de género, disposición de ayuda a refugiados, sustitución de barracones por colegios y edificios bien dotados. Toda una serie de actuaciones, entre otras, de las que, a modo de inventario, la señora Oltra viene informando a la ciudadanía como logros inmediatos del gobierno al que pertenece.

Es cierto que la valentía, la dedicación y la honestidad del gobierno de Ximo Puig merecen en este corto período de tiempo un bien ganado reconocimiento, pero el bueno de santo Tomás de Aquino afirmaba que son necesarias un mínimo de condiciones económicas para el ejercicio de la virtud.

Independientemente de la futura negociación sobre la financiación autonómica, tema éste muy importante, el gobierno del Consell y su portavoz deberán también trasladar a la ciudadanía, más pronto que tarde, los logros en las consellerías dedicadas a la agricultura, la industria, los servicios, el comercio, la exportación, las infraestructuras, los avances logísticos, la innovación, la investigación, la mejora en el empleo de calidad y todo aquello relacionado con el funcionamiento empresarial, profesional y laboral del sector privado que es el que ha de sostener el conocido Estado del bienestar y no precisamente a base de deu