La meteorología española despertó ayer con la noticia de la muerte de Eugenio Martín Rubio a los 93 años. Fue, junto a Mariano Medina, uno de los hombres del tiempo más populares de aquella época en la que TVE era la única televisión de España. Este señor de rostro amable fue protagonista de unas cuantas anécdotas, como la que le movió a cortarse el bigote tras fallar una predicción y la que le llevó a contravenir involuntariamente la censura franquista un caluroso día estival de principios de la década de los 70. Aquella jornada se había devaluado el dólar, pero los censores ordenaron que no se hiciera mención de ello en el Telediario, hasta que le llegó el turno de la información meteorológica a Eugenio Martín Rubio, que hizo un juego de palabras y, sin saber las órdenes que llegaban de las profundidades del Régimen, dijo en alusión al calor que hacía: «Hoy, que se ha devaluado el dólar, lo único que no se ha devaluado es la temperatura». Tanto esta anécdota, revelada en su día por el periodista Luis Ángel de la Viuda, entonces director de programas de TVE, como la del bigote granjearon una gran popularidad a Eugenio Martín. Su desaparición se produce a los pocos días de la muerte repentina de Antonio Mestre Barceló, que la pasada semana cayó como un mazazo en el mundillo de la meteorología. Mestre era el jefe del área de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en la que a sus 62 años estaba reconocido como uno de sus profesionales más activos. De hecho, la muerte le sorprendió cuando trabajaba de lleno en el comité de las Jornadas Científicas de la Asociación Meteorológica Española (AME), que se celebran la próxima semana en Teruel. En fin, que la meteorología española anda estos días cariacontecida.

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