La previsión meteorológica en superficie incluye la previsión del tiempo, si lloverá o hará sol, o si tendremos otros fenómenos como tormenta, granizo, cielo nublado o sereno, la velocidad del viento y su dirección, y las temperaturas.

Para saber las temperaturas de un lugar a una altitud baja los meteorólogos se basan especialmente en las isotermas en la baja troposfera, 850 hPa (1500 m aproximadamente). No siempre unas bajas temperaturas a este nivel implican bajas temperaturas en superficie, si hace viento o el cielo está tapado las temperaturas mínimas son bastante más elevadas respecto al nivel de 850 hPa. Por otro lado si el cielo está despejado las zonas deprimidas grabarán mínimas bastante más bajas especialmente en invierno y con anticiclón como consecuencia de la fuerte inversión térmica.

El pasado febrero, entre los días 7 y 12, las temperaturas medias casi fueron récord por altas en Valencia por un mes de febrero, por encima de los 20ºC, aunque las isotermas tampoco eran tan elevadas, entre 7º y 10ºC a 850 hPa. El viento de poniente provocó que el gradiente térmico vertical fuera elevado y las máximas fueran superiores a 20ºC y las mínimas sobrepasaran los 15ºC, incluso se tuviera una mínima de 20,9ºC en Gandia el día 13. En la ciudad de Girona pese a tener una isoterma a 850 hPa bastante baja, 6ºC, la máxima del día 13 de febrero fue muy elevada, 23,5ºC, en este caso no soplaba casi nada de viento pero la fuerte insolación y la humedad baja favorecieron unas temperaturas muy elevadas. En cambio otras veces con anticiclón y isotermas de 10ºC en el mes de diciembre la temperatura máxima no ha pasado de los 16º o 17ºC en Girona, con niebla por la mañana. Así cuando la humedad de superficie es muy elevada las temperaturas máximas suben poco a pesar de tener una masa de aire cálida en altura.