Aprovechando la reapertura de la Biblioteca de les Dones en su primigenio emplazamiento de la calle Náquera y que próximamente se cumplirán 14 años del fallecimiento de Lourdes Alonso, responsable del Institut Valencià de la Dona y de la Biblioteca de les Dones, la Federació Dones Progressistes y la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas queremos hacer algunas reflexiones.

El Institut, creación del gobierno socialista, consiguió adquirir una relevancia social y política de primer orden. Con el entusiasmo y el impulso de Alonso logró incidir de forma transversal en todas las iniciativas del Ejecutivo y del Legislativo. Fue un organismo vivo y participativo, en el que tenían cabida todas las reivindicaciones de las mujeres.

Desde el primer momento hizo que fuera visible su naturaleza de organismo para la igualdad. El Institut impulsó iniciativas de coeducación, combatiendo las actitudes machistas. Propició el asociacionismo de mujeres. Abordó temas de salud sexual y reproductiva. Apoyó a las mujeres empresarias. Organizó exposiciones de pintura, editó libros, organizó conferencias y debates y multiplicó su presencia en los medios de comunicación para hacer visibles las reivindicaciones de las mujeres. Creó un dispositivo de asistencia social, la pionera línea 900 gratuita; una asesoría jurídica y un servicio de atención psicológica. Puso en marcha la Biblioteca de les Dones, con importantes fondos.

Con los gobiernos del PP, todo ese trabajo fue languideciendo, limitándose a mantener un servicio asistencial, con acciones puntuales de escaparate, a repartir subvenciones entre colectivos afines y poco más. Esa época ya la conocemos, la hemos sufrido y la creíamos superada.

Días atrás asistimos al simulacro de la reapertura de la Biblioteca de les Dones. Se produjo con el desconocimiento de la mayoría de los colectivos feministas. En su presentación no se dedicó ni una sola palabra para recordar el camino andado, ni a tantas feministas que nos han precedido. Tenemos que lamentar el adanismo con el que se presentó. No podemos pensar que partimos de nuevo de la casilla cero. La lucha feminista tiene el suficiente camino andado para defender su historia y sus logros. Es de justicia reconocer la ingente labor llevada a cabo por la que durante tantos años fue la bibliotecaria, Elisa Sanchis. Gracias a sus conocimientos, a su compromiso social y con la lucha de las mujeres, consiguió convertirla en una de las mejores bibliotecas de género del Estado. Funcionaria ejemplar, culta y apasionada, supo convertirla en un instrumento vivo y participativo.

Por fin, después de algunos años de plomo, tenemos que celebrar que vuelva a su primer emplazamiento, con la esperanza de que adquiera la relevancia que merece y sea un instrumento fundamental en la lucha de las mujeres. Siempre permanecerán en nuestro recuerdo las mujeres que tanto han significado para el Institut y para la Biblioteca de les Dones: Lourdes Alonso, Pilar Soler, Elisa Sanchis, María José Martí, Concha Gisbert y Mercedes Escrig. Reivindicamos que el Institut de les Dones vuelva a la calle Nàquera y que junto con la biblioteca alcance su consideración de organismo autónomo, recupere su presencia y relevancia social, situándolo en el centro de las políticas para la igualdad de mujeres y hombres.