El año que se va es el del desencuentro. Ahora que estamos todos de balances. No me ha parecido que por Madrid hayan querido localizar la Comunitat para algo más que venir a disfrutar de las playas en verano. Reconozco que un Gobierno en funciones durante la mayor parte del tiempo tampoco ha ayudado. Pero con ministros o sin ellos, ni Consell ni oposición se los han encontrado. Y después de las penas y ya con ejecutivo creado, todos en vilo y en vela para acabar con el mismo panorama negro: el mismo ministro que no nos da ninguna alegría, nada de cariño en los nombramientos, un tren congelado y las maltrechas cuentas públicas autonómicas que siguen igual de tiesas. Y eso, al fin, era lo que importaba. Un año de desamor.

La lista de tristezas aún me saldría más larga pero, por ser las fechas que son, desisto. Opto por mirar al frente, que el año se termina y además, ya nos lo sabemos. Así que, cargo de buenos propósitos, y escribo lista de futuro, haciendo caso a la periodista Amàlia Garrigós. Convencida de que todo irá a mejor. Y cruzo los dedos...

No puedo dejar de empezar por la radio y la televisión valenciana. Y pido, a quien corresponda, que nazca de una vez (era para verano, no digo más). Con fuerza, renovada y con todo el futuro del mundo. Que el compromiso con ella lo asuma toda la sociedad. O no valdrá. Que sea un espacio de comunicación en valenciano, con profesionales propios y que abra camino a nuestro audiovisual, para que no les falte trabajo.

¿Qué pedirle al ministro de Hacienda? Sí. Financiación justa. Quizá es un deseo doble. Porque a los de aquí les deseo paciencia y una plantà que dure todo el año. Porque ninguna excusa cabe ya. A los empresarios, su tren. Y voz para seguir insistiendo en su inmediata finalización. El corredor del mediterráneo es una infraestructura ferroviaria vital para las empresas valencianas, que son las que generan empleo, y que ya debería estar finalizada. La imagen de la patronal valenciana recorriendo insistentemente las estaciones donde debería circular el tren es el mayor sonrojo y bochorno que puede tener un ejecutivo incumplidor con una Comunitat que nada le debe y donde sus ciudadanos están al corriente de pago de impuestos.

Una AP7 rescatada y gratuita. Marina Salud y el Hospital de la Ribera en gestión pública ya, vayan apuntando. Ojalá 2017 sea el año donde se erradique la violencia contra las mujeres y los machismos, tan anclados aún. Mi voto a todas las campañas desde Igualdad. Aunque pido más apoyo para que no sean solo las mujeres las que lleven adelante el cuidado de los hijos, como constataba este año un informe judicial, y que revierta así la ausencia de conciliación en la Comunitat, que nos empobrece como sociedad. Y como pobres, este año hemos sido muy pobres en educación, uno de los niveles más bajos de España, y aunque me constan los esfuerzos de la conselleria por sacar a los pequeños de las carencias educativas de los adultos, le pido al conseller de Cultura que siga en su empeño por priorizar una educación pública de calidad y porque el valenciano llegue a todos los rincones para que nadie se quede sin la oportunidad de aprenderlo. Y ya que estoy, las collas le pidieron en Alzira al conseller que la dolçaina y el tabal pudieran estudiarse en los conservatorios como los demás instrumentos. Que sea este año en el que por fin entren en las aulas. A los demás, feliz año.