Las zonas deprimidas del interior, situadas en hondonadas y alejadas del mar, son los polos de amplitud térmica alta de España. Así, en Yecla (Murcia) en los últimos 40 años „desde 1977 hasta 2016„ la temperatura máxima absoluta es de 46 ºC y la temperatura mínima absoluta es de -20 ºC, lo que da una amplitud absoluta de 66 ºC. Hay lugares de la vertiente sur del Pirineo con una amplitud más elevada, como Sabiñánigo, con 71 ºC y una temperatura máxima de 40 ºC y una mínima de -31 ºC. En general, la amplitud térmica absoluta y la amplitud térmica media (diferencia entre la temperatura media del mes más cálido y el mes más frío) aumentan a más distancia del mar, pero hay excepciones. De este modo tenemos zonas con una amplitud térmica media máxima de 20 ºC en el interior de España, en Albacete, y en Lleida.

Pero la amplitud es más baja en las cimas de las cordilleras, ya que en estas áreas elevadas no se forman las inversiones térmicas características del invierno que se dan en las llanuras y hondonadas. Teóricamente, la amplitud térmica debería aumentar de sur hacia el norte, coincidiendo con la mayor duración del día en verano y de la noche en invierno, pero el efecto moderador del Cantábrico hace que en esta área se de la menor amplitud térmica de España. La temperatura máxima absoluta de Oviedo de 37 ºC y la mínima absoluta es de -8 ºC, la amplitud absoluta sólo es de 45 ºC, en cambio en Sevilla la temperatura máxima absoluta es de 46,6 ºC y la mínima de -5 ºC, la oscilación ción extrema es mayor, 51,6 ºC. En la costa del Mediterráneo, la amplitud es mayor respecto del Atlántico, ya que el Mare Nostrum es un mar cerrado, y además recibe las entradas de aire frío del noreste con más intensidad. En A Coruña en el siglo XX 39,6ºC de máxima aboluto y -2,9ºC de mínima absoluta, sólo 42,5ºC de oscilación, una amplitud menor que en Barcelona, ??39,5ºC de máxima y -6,7 ºC de mínima, 46,2ºC de oscilación. Al triángulo del frío español, la amplitud térmica absoluta bordea los 70 ºC en Calamocha, entre los 40ºC de máxima absoluta y los -30 ºC de mínima absoluta. Por lo tanto, los polos de amplitud térmica más baja de España tendremos que buscar en Galicia y el Cantábrico, y los polos de oscilación más fuerte en las llanuras del interior.