Si en el anterior comentario nos centramos en la atmósfera del gigante de los planetas del sistema solar, esta semana nos fijamos en sus cuatro lunas principales; que influenciadas por su gravedad presentan curiosas singularidades, tanto en su tenue atmósfera como en capas inferiores. De más cercana a más lejana, éstas son las cuatro lunas de Júpiter: Io, Europa, Ganimedes y Calixto.

De un tamaño muy similar al de nuestra Luna Io es el satélite más denso del sistema solar, además también es el que menor proporción de vapor de agua contiene. Su cercanía con Júpiter implica sobre esta luna unas fuerzas de marea que dinamizan su interior, produciendo importantes fuerzas de fricción que aúpan a Io como al planeta más volcánico del sistema solar, con más de 400 volcanes activos, razón por la cual no se observan cráteres de impacto y sus cadenas montañosas superan en altura las de la Tierra. Su atmósfera sulfurosa es muy tenue, ya que con su gravedad no puede retener los gases que expulsa de su interior.

Europa, la más pequeña de las lunas de Júpiter, es según los expertos el astro del sistema solar con mayores probabilidades de encontrar formas vida. A diferencia de Io, Europa es un planeta frío y con abundantes cantidades de agua, ya que durante su formación, al estar más alejado del gigantesco planeta, sus temperaturas más bajas permitieron la condensación del agua. Posteriormente ésta se congeló hasta formar el océano petrificado que cubre el planeta en la actualidad y al que se le estima un espesor de entre 10 y 30 kilómetros, por debajo de esta cobertura es donde se cree que hay un océano de agua líquida, donde gracias a las fuerzas de marea creadas por Júpiter la superficie terrestre caliente del planeta se piensa que puede mantener condiciones de vida similares a las de las fumarolas abisales de nuestro planeta. La atmósfera de esta luna es incluso más tenue que la de su vecino volcánico, está compuesta del oxígeno que se descompone del agua de su superficie al contacto con la luz del sol.

Ganímedes es el satélite más grande del sistema solar, con un tamaño de casi las tres cuartas partes de Marte, su composición y atmosfera es una mezcla de sus dos vecinos interiores (Io y Europa), puesto que su núcleo interno se cree que tiene unas características similares a las de Io, mientras que su manto y superficie de agua helada se asemejan a Europa; aunque parece ser que en esta luna el estrato líquido es bastante más reducido. La atmosfera de Ganímedes es también muy similar a la de Europa, pero éste resulta ser el cuerpo más grande del sistema solar sin atmósfera significativa.

Por último tenemos el satélite joviano más lejano de Júpiter: Calisto, se diferencia de los demás por su carácter geológico más tranquilo debido a la menor influencia de los efectos mareales de su planeta. Esto implica que su superficie helada muestre multitud de cráteres de impacto de asteroides, dando a entender la antigüedad de su capa exterior. Su superficie es una mezcla de roca y hielo y no se descarta que en su interior pudiera albergar océanos de agua líquida. Su atmósfera también es extremadamente fina y está compuesta por dióxido de carbono y oxígeno molecular.