En esta época del año en la que nos acercamos al verano muchas personas se animan a observar el tiempo por su cuenta, instalando una pequeña estación meteorológica o los instrumentos básicos, como termómetros de máxima y mínima y un pluviómetro, el aparato con el que se mide la precipitación. Es una buena idea, pero es aconsejable hacer una planificación del emplazamiento y de la inversión a realizar. Siempre es mejor empezar poco a poco que abordar un gran desembolso, ya que no siempre se realiza la elección adecuada. Actualmente existen numerosas opciones de estaciones meteorológicas para aficionados que registran con suficiente fiabilidad los datos fundamentales de temperatura, precipitación, presión atmosférica y viento. Por regla general están preparadas para digitalizar los datos, de forma que podremos crear nuestro propio archivo climatológico en el ordenador e, incluso, difundirlo en internet. No obstante, siguen siendo útiles los instrumentos analógicos clásicos, como los termómetros que registran las temperaturas máximas y mínimas y los sencillos pluviómetros que nos informarán de la lluvia descargada en una tormenta. En ambos casos, el aspecto más importante es el lugar de instalación. Si vivimos fuera de la ciudad y disponemos de un terreno al aire libre, por pequeño que sea, el instrumental debe colocarse allí, ya que se trata del sitio más adecuado. Aparentemente, las terrazas parecen un buen lugar, pero no es así, porque el suelo cementado falsea las temperaturas, lo que no ocurre en un suelo natural. Lo ideal es guardar una distancia mínima, de unos 10 metros, hasta la casa o elementos construidos. El pluviómetro, además, debe ubicarse con un ángulo libre mínimo de 45 grados respecto a edificios o estructuras altas (vallas, chimeneas) que puedan ejercer un efecto sombra sobre la precipitación. Aunque pueda sorprender, un termómetro analógico clásico en una garita de madera y un pluviómetro sencillo instalados en un terreno al aire libre son más fiables que la mejor de las estaciones meteorológicas digitales emplazadas en el balcón de un chalet o de un edificio.