En medio de la primera ola de calor importante del presente año hay una reflexión que me gustaría compartir con los lectores. Cada vez soportamos menos el calor. Nos asusta, incluso, el anuncio del posible desarrollo de jornadas calurosas en los medios de comunicación. Hay un hecho cierto, los días de calor han aumentado desde hace tres décadas a consecuencia del calentamiento térmico planetario. Eso nos dicen los datos claramente. Especialmente las noches de calor, esas que llamamos «noches tropicales», se han multiplicado por cuatro desde entonces. De manera que el hecho está ahí. Pero también es cierto que olas de calor intensas se han registrado en nuestro país en décadas pasadas cuando no había medios para mitigar sus efectos. Y no pasaba nada. Soportábamos el calor como bien se podía. Y no moría tanta gente como ahora por estos golpes de calor. Nos adaptábamos. Consultaba estos días una estadística muy aleccionadora. El número de hogares españoles que disponían de aire acondicionado en 1980 apenas era el 1,5% del total. A finales del siglo pasado esa cifra se había elevado hasta el 8%. Y en 2017 alcanza ya el 35%. Eso sí, en regiones como Murcia o Andalucía ese porcentaje supera ampliamente el 50%. De manera que el aire acondicionado se ha convertido en un acompañante habitual en nuestras viviendas, vehículos y lugares de trabajo. Ya no podemos vivir sin aire acondicionado. No soportamos el calor€Pero tenemos que hacernos a la idea de que esto no ha hecho más que empezar. Y este verano, según los modelos estacionales, va a ser bastante caluroso.