La semana pasada conocíamos el dato de paro correspondiente a junio . Una vez más, se marca el mejor dato de la serie histórica en este mes con un descenso cercano a 100.000 parados. El dato en sí, siendo importante, podría no ser significativo debido a la bondad en el empleo que siempre ha mostrado el inicio del verano pero, al englobarlo en la tendencia iniciada a mediados de 2013, marca una línea muy positiva que ha reducido en casi dos millones de personas las listas del desempleo registradas en aquel momento.

Pero, como decía Napoleón, la derrota es huérfana pero la victoria tiene cien padres, y poco ha tardado el tripartito en intentar sacar pecho, anotándose una victoria que nada tiene que ver con su gestión en esta materia vistas las políticas de desarrollo económico que se vienen aplicando desde el Pacte del Botànic. En principio, como ya se ha dicho, la creación de empleo comenzó dos años antes de que llegase el tripartito al Gobierno, con una adopción de medidas de gran calado por el Gobierno de España, muy criticadas en aquel momento por los partidos de izquierdas, que siguen produciendo resultados, pese a la ineficacia demostrada desde el gobierno autonómico para la dinamización de la economía.

Son la inercia de esa recuperación y el efecto multiplicador de la creación de empleo los que han conseguido consolidar esta tendencia positiva pese a la ineficiente gestión y nefasta política presupuestaria de la Conselleria de Economía Sostenible y Sectores Productivos, encargada de desarrollar las políticas de fomento económico y desarrollo de la capacitación de los trabajadores, que dejó, en 2016, un bajísimo nivel de ejecución de los presupuestos para políticas de empleo, el cual amenaza con repetir en este 2017, por no hablar de otras medidas opuestas a la creación de empleo como es el caso de la supresión de la libertad horaria comercial.

Por otro lado, hace más de medio año que el Gobierno autonómico debía haber convocado la Mesa de Autónomos, dejando ignorados los intereses de este colectivo que constituye el de mayor capacidad para la creación de empleo y dinamización económica de nuestra comunidad. Ha tenido que ser, de nuevo, el Gobierno de España quien ponga en marcha la nueva Ley de Autónomos con una batería de medidas que mejore la situación de este segmento básico en la creación de empleo y el crecimiento económico cuyos resultados, a buen seguro, intentará apuntarse el tripartito en pocos meses.

Y, por último, porque son ellos mismos quienes cuestionan las carencias de la creación de empleo calificándolo de empleo precario, sin recordar que fueron los gobiernos de izquierdas, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente, los que, en apenas cuatro años, hicieron crecer el desempleo en tres millones de personas (y eso son casi tres mil nuevos parados al día), creando, entonces sí, una situación precaria y preocupante para el empleo y el desarrollo económico de España y de la Comunitat Valenciana.

No está en mis intenciones negar esa temporalidad en los contratos, pero tampoco hay que dejar de lado que la concatenación de estos contratos temporales hace que el desempleo pase a ser algo coyuntural, alejado del problema estructural que representaba hace pocos años, repercutiendo en una mejora notable de la economía familiar y con ella, y de forma bidireccional, en la mejora generalizada de esta situación que empieza a ser una realidad a pie de calle.

Es cierto que queda mucho camino por hacer, pero lo difícil, que era revertir la tendencia de paro creciente iniciada en el año 2007, se ha conseguido. La reforma laboral del año 2012, tan cuestionada en su momento, está produciendo sus efectos y son ya muchos españoles los que empiezan a beneficiarse de aquellas medidas que los de siempre consideraron contraproducentes sin esperar a conocer sus resultados. Afortunadamente, el descenso del desempleo, mes tras mes, empieza a ser algo habitual en España, hasta el punto de dejar de ser noticia de apertura en los medios de comunicación. Si la economía funciona, la sociedad funciona con ella porque no hay mejor política social que la generación de empleo. Y, por suerte, podemos decir que esta sociedad está en condiciones de volver a funcionar.