De tauromaquia, bélicas o de caza que profanan infancias y adolescencias con sangrientas experiencias de crueldad. "El niño mayor vive a la vez en el mundo exterior y en un mundo interno. Aspiran a aparecer. Al fin, como valederos a sus propios ojos y a los de quienes le rodean, ("Psicología infantil", P. Osterrieth). Niños secuestrados por guerrillas asesinas, son aleccionados en la tragedia de tener que torturar y matar con sus propias manos para luego recordar, de por vida, los terribles gritos y el olor a sangre. Un joven africano, tras años de violencia inducida, rememora acongojado los tres machetazos que, cumpliendo órdenes, asestó a su primer martirizado hasta cortarle la pierna. Ninguna crueldad es materia de docta ilustración. "Los que vivimos en zonas rurales sabemos de sobra que el cazador no sale al monte para mejor conservar el medio ambiente, ni para controlar la superpoblación de especies, sino, sencillamente, para cazar. Transmitir a niños de primaria esta afición a matar animales por diversión me parece, como poco, un tanto discutible"; el que así se expresa es el profesor de filosofía V. Bermúdez Torres ("El Correo Extremadura", 13/02/2017). Noticias abrumadoras que denotan falta de respeto a la sumisa infancia, siempre doblegada a dictámenes adultos, proliferan constantemente "Cristina Cifuentes aumenta un 40% el presupuesto destinado a los toros" es el titular del artículo de L. Galaup, dotándolo con casi millón y medio de euros. El organismo de Asuntos Taurinos, dependiente de la Consejería de Presidencia, Justicia y Portavocía del gobierno autonómico de Madrid se hace cargo del abultado sueldo del gerente, la promoción, material y suministros, la subvención a "entidades sin ánimo de lucro", ayuntamientos y cursos de formación taurina. La nueva escuela de tauromaquia de Madrid con sede en Las Ventas, el pasado año dos mil dieciséis, favoreció a escuelas taurinas de la región: Madrid, Arganda del Rey, Moralzarzal y Colmenar Viejo. Novilladas, tentaderos, clases prácticas o festivales citan a "niños entre diez y dieciocho años" alentados a vivir experiencias de "tortura y muerte subvencionadas con dinero público. Existen en España 55 escuelas taurinas, su número ha ido aumentando mientras el número de alumnos ha descendido", en Tarifa sólo había un alumno en dos mil dieciséis, ("El caballo de Nietzsche", 22/07/2016); el mismo autor, J. E. Zaldívar Laguía, especifica que "según el Ministerio de Cultura y la Junta de Andalucía, son veintiséis" las escuela taurinas de esa comunidad autónoma, "de estas, veinticuatro coma ocho son públicas, y dieciséis privadas, aunque el CASTA aclara que el acceso a cualquiera de ellas es gratuito, que son entidades sin ánimo de lucro y que todo el personal que trabaja y colabora en las mismas lo hace de forma gratuita".

Antón Losada opina que: "En política no hay nada más fuerte que la necesidad. La necesidad, en política, une mucho". El presidente de Ciudadanos, hace siete años argumentaba: "Los toros no, pero sí quieren convertir en fiesta el toro embolao y no hay más que verlo para saber que el sufrimiento del animal es el mismo. Si prohibimos los toros, lógicamente habrá que prohibir la caza, la pesca, el circo" ("Periodista digital", 05/03/2010). Maneras obsoletas de miseria cultural perpetúan a España en un "rito sangriento", tal como lo definió el periodista londinense J. Hooper: "la fiesta nacional, como los grupos taurinos gustan llamarle, tiene, y siempre ha tenido, un grupo limitado de seguidores. Alrededor de la mitad de la población no muestra interés ni entusiasmo por la fiesta. La única encuesta que preguntaban a la gente si gustaban de las corridas de toros se publicó en la revista Tiempo en 1985. Los no llegaron al 51%; los sí al 35 %; el resto se definía como indiferente"; así mismo, con inteligente análisis y visión premonitoria, el corresponsal de The Guardian apuntaba: "los políticos municipales descubrieron que sus posibilidades de reelección aumentaban si invertían el dinero de los contribuyentes en las fiestas de sus ciudades y pueblos. La democracia llevó al poder a los socialistas, que sin duda fueron los gobernantes más protaurinos que jamás haya tenido España. La ley de espectáculos taurinos propiciada por Corcuera y promulgada en 1991, era la primera que aprobaba un Parlamento español referida exclusivamente a las corridas de toros, a las que definía como una tradición cultural, con lo que respaldaba a lo que querían identificar a los toros con el patriotismo".

Bovinos de menos de dos años, novillos de dos o tres años, toros de cuatro y cinco años y vacas sufren tormento a la vista y a manos de inocentes niños y jóvenes cuyo futuro viajará por otros vericuetos profesionales más allá de tan encarnizadas enseñanzas, en las que tuvieron que clavarles el estoque y verduguillos a sanguinolentos becerros, lastimosamente mugientes, "un aprendiz de tauromaquia necesitó catorce estocadas para hacer caer al animal", animales que suplican una muerte rápida. ¿Qué enseñanza hay en tal impiedad? Patrocinar la crueldad posibilita que intereses económicos encuentren nuevos canales de defraudación como las escuelas de dolor, en un país con múltiples carencias en inversiones sociales es una obscenidad. Babys boomers (sesenta años), millennians (treinta años) y generación Z (veinte años), no precisan de más tramas manipuladoras,

Tiberio Claudio Druso, "en los espectáculos de gladiadores, dados por él o por otros, hacía degollar a todos los que caían, aunque fuese casualmente, y en especial a los reciarios, cuyo semblante moribundo le gustaba contemplar". Cayo Suetonio, en su obra sobre los doce césares, cita una excepción entre tanto déspota malvado, la de Tito Flavio Vespasiano que "protegió de modo especial a los ingenios y las artes; fue el primero, en efecto, que constituyó sobre el Tesoro público una pensión anual de cien mil sestercios para los retóricos, griegos y latinos". Monstruosos espectáculos, auspiciados por el caudillo de turno, han desaparecido a medida que la introspección didáctica y la modernidad se implantaban en países progresados. En mil novecientos ochenta y nueve, la Curia Romana de Juan Pablo II, aludiendo a los toros explicitaba: "todos los que frecuentan estas fiestas como actores o espectadores están excomulgados", validando así la vigencia de la Bula de Pio V, ("Religión digital", 26/10/2016).Una escuela que sí se precisa es aquella que forme a representantes gubernamentales en idiomas, por ejemplo. Estudios lingüísticos para Números Uno y su innumerable cohorte de segundones. "¿Cómo ser un perfecto Número Dos? Existen los del tipo A, que están satisfechos como Número Dos y los del B que quieren llegar a ser Número Uno. Estos funcionarios se dividen en tres grupos. Los del grupo I que fueron ascendidos desde que impera el Número Uno, suelen ser gente relativamente joven y optimista. El grupo B II, cuyo nombramiento tuvo lugar antes de que el Número Uno actual ocupase dicho puesto; eficiente, buen colaborador y con popularidad, es más que valioso: es esencial. El grupo B III, que está compuesto por ex Número Uno, que han entrado como resultado de una fusión, presenta un frecuente problema y la solución, por regla general, no es más que una: jubilar o trasladar"; ("Al patrimonio por el matrimonio", C. NorthcoteParkinson)