Hace catorce años que se celebra el Día Mundial de la Animación, el veintiocho de octubre. "No podemos competir al mismo nivel que los animadores de los demás países europeos porque no tenemos la desgravación fiscal que tienen ellos. Si no fuera por eso España se quedaría con el mercado de la industria de la animación", declaraba uno de los creadores de Pocoyó, Guillermo García, (Levante, 24/07/2016); Pocoyó "se ha convertido hoy por hoy en el personaje español más conocido del mundo por delante incluso del Quijote" afirmaba José María Castillejo, conde de Floridablanca ("Sur.es", 03/12/2011); descendiente del Cid, nieto de Jose Mª Oriol presidente de Hidroeléctrica Española, cuyo antepasado, el primer conde, fundó el Banco de España. Castillejo era el presidente de Zinkia Entertainment una de la principales empresas de animación mundial cotizante en Wall Street gracias al muñequito vestido de azul. Las tribulaciones llegaron, y tras una suspensión de pagos en dos mil catorce, dos años más tarde, "Casti", el conde de Floridablanca, arremetió contra el nuevo propietario, magnate de la prensa mejicana, Miguel Fernando Valladares: "imputan por estafa al nuevo dueño de Pocoyó" ("El Mundo", 23/09/2016). El pastel de la animación es suculento y el conflicto Pocoyó patalea: "se descarta que se haya acreditado la realización de delito alguno", dictamina la Audiencia Provincial de Madrid, ("Economía Digital", 26/07/2017).

La animación disfruta de la suficiente capacidad de demanda profesional como para subsanar carencias laborales. Sector en auge y sin fronteras, es idóneo para la integración de miles de creativos y técnicos jóvenes y no tan jóvenes, provenientes de Bellas Artes, Artes Aplicadas, Informática, que se encuentran desubicados laboralmente, limitados por pétreos planes gubernamentales de futuro. Generar, propiciar y multiplicar una industria posicionada es apuesta consistente que no precisa de palabrería demagógica. Artistas de la animación y el dibujo se han ganado a pulso poder abrir los pulmones a la cultura y aplicarla laboralmente en opciones válidas, sin corsés de república bananera. El joven poeta David Trashumante, en la librería Ramón Llull, entre versos interpretados con fuerza y convencimiento confesaba: "la poesía nos ayuda a sensibilizarnos. Es un reducto donde poder hablar de las cosas". Poesía concreta, valiente, denunciante. Un medio para un propósito, "ya sabéis lo que está pasando con el periodismo. Si es que existe". La juventud valiente y refrescante, tras titularse en carreras artísticas, está decidida a quemar naves en función de su vocación, con o sin apoyo institucional. Luchadores cargados de energía que como Ludwig van Beethoven, que a los veinticinco años se quedó sordo y a los treinta y dos, apenas podía oír una orquesta, dijo: "Sólo mi arte me libró del suicidio. Me parecía imposible abandonar hasta que produjera cuanto había en mí. ¡Agarraré a mi destino por la garganta!".

Las especies nacen, viven y desaparecen. El arte ha hecho posible que ilustraciones rupestres (Altamira), grabados en hueso, grabados parietales (Haute-Garonne, Francia) o escenas de caza (Teruel, Castellón) sean pilares en el desarrollo comunicativo del ser humano. Imágenes que cambian en función de requerimientos sociales. Los primeros carretes de celuloide los fabricó George Eastman; el fotógrafo de origen inglés Muybridge, ideó una máquina que proyectaba dibujos de sus instantáneas, y el necesario proyector cinematográfico fue obra de Auguste y Louis Lumière, que lo comercializaron regalando los egos de políticos y reyes con filmaciones hechas a medida; "el cinematógrafo de Lumière fue patrocinado en Londres por el duque de Connaught, hermano del príncipe de Gales; en San Petesburgo por la emperatriz Alejandra de Rusia, en Estocolmo por el rey Oscar de Suecia; En Madrid por la reina regente; en Viena por el emperador Francisco José; en Bucarest por el rey Carol I de Rumanía; en Belgrado por el rey Milan de Serbia; en Berlín el emperador Guillermo II; en México el presidente dictador Porfirio Díaz y en Washinngton el presidente McKinley (republicano y asesinado)"; tal como apunta el historiador de medios de comunicación de masas y barcelonés, Romà Gubern en su ensayo "Los líderes políticos y el cine", trabajo en el que escribe que "Alfonso XIII fue un gran cinéfilo y que incluso extendió su curiosidad hacia la producción pornográfica que le suministraba la empresa Royal Films de Barcelona, regida por los hermanos Ricardo y Ramón de Baños.

El cómic y la tira cómica han sido precursores de la animación. Winsor McCay y James Stuart Blackton iniciaron la animación cinematográfica en EE.UU. Manuel Rodríguez Bermúdez en su libro "Animación una perspectiva desde México", cita al caricaturista mejicano Salvador Pruneda como representativo al pasarse a la animación en los años treinta. Los teatros proyectaban películas, mientras las ferias con los peepshows, tragaperras con ranura visual, perdían público. El Kinestoscope de Edison tuvo como rival el Mutoscope, un libro con imágenes consecutivas capaz de crear movimiento al pasar sus páginas. George Méliès coloreaba a mano sus películas. Hollywood (acebo en inglés), cercano a la frontera mejicana, se constituyó en perfecto enclave para eludir a la ley por parte de los cineastas que, con los años se han convertido en sultanes con jets particulares fabricados por Collin Powell, secretario de estado, en el gobierno de George W. Bush. Valencia tiene nombres reconocidos a nivel internacional en el sector, hasta el punto de contratar sus servicios de animación 3D por la meca del cine estadounidense. Estudiar cine de animación es salvoconducto para conseguir trabajo seguro aseveran los profesionales. Animación con plastilina u objetos maleables, captura de interpretación, formato GIF, formato SWF, stpo motion, rotoscopia, flash, 3D, storyboard, animatic, layout son ingredientes en la animación.

Walt Disney es el mentor del cine animado; David Low, dibujante periodístico dijo de el: "La figura más significativa de las artes gráficas desde Leonardo". La fe de Disney en los largometrajes era absoluta y tras la pionera "Blancanieves y los siete enanitos", se lanzó a crear "Pinocho". Ganó uno tras otro los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas que, en mil novecientos treinta y dos, había creado una nueva categoría: corto de animación. Por aquél entonces las copias se distribuían en bicicleta y sus animalitos se representaron en toda clase de objetos. Iconos de los genios del cómic han sido llevados al cine de animación: Tintín personaje del belga Hergé o Los Pitufos del dibujante, también belga, Peyo, donde se combinan personajes corpóreos y animación, técnica utilizada por el precursor Disney en "Los tres caballeros". Los entrañables Mortadelo y Filemón, del historietista barcelonés Ibañez, también han sido animados para el cine. El que fuera presidentes de los EE.UU. y actor Ronald Reagan sentenció: "Rodéate de la mejor gente que puedas encontrar; delega en autoridad y no intervengas".