Un artículo reciente publicado en la revista de la American Meteorological Society señala que los inviernos en America del norte y Europa podrían ser más fríos en las próximas décadas. Y todo en el contexto del calentamiento global. Los cambios en los patrones de circulación atmosférica del denominado "vórtice polar", el jet stream ártico, debidos al deshielo del polo norte, estarían en la base de esta nueva proyección. Si el polo norte gana temperatura, disminuyen los contrastes térmicos entre latitudes altas y medias y la corriente en chorro ártica circularía con un índice zonal menor, con mayor frecuencia. Esto es, se podría desplazar hacia el sur, de modo más habitual, la masa de aire ártica en los meses fríos del año, de manera que se desarrollarían temperies más frías en las latitudes medias. Esta cuestión ya se ha comprobado en este estudio para el período 1979-2016. Y podría ir a más en las próximas décadas, si sigue el ascenso térmico planetario. En el fondo es una cuestión de oscilaciones entre masas de aire, y con el agua del mar. Oscilaciones que rigen nuestros tiempos atmosféricos y a mayor escala temporal, nuestro clima. En este caso, se han comprobado cambios en la denominada oscilación ártica, y en el estudio se mencionan sus conexiones con la oscilación del pacífico, la del fenómeno de El Niño. El clima terrestre se mueve a partir de oscilaciones, de fluctuaciones constantes en los patrones de circulación atmosférica que están estrechamente vinculados al movimiento de las corrientes oceánicas. El conocimiento profundo de estas oscilaciones es clave para entender fenómenos meteorológicos y procesos climáticos en nuestro planeta. Y para poder modelizar los patrones de comportamiento futuro. Aquí está uno de los campos de investigación de presente y futuro más importantes para el avance de la meteorología y climatología.