La meteorología de nuestra zona se sigue empeñando en mantenernos secos y venteados, yendo este 2017 camino de ser muy seco y con un otoño sin lluvias, por ello tal vez para darle un poco más de ´emoción´ a este comentario, lo mejor sería analizar otro fenómeno eólico asociado a tormentas mucho más inusual por nuestros lares, siendo incluso raro en el lugar donde se produjo. Esta vez y sin que sirva de precedente vamos a hablar de una situación meteorológica muy lejana en el espacio y en el tiempo, nos referimos a la noche del 3 de junio de 1980 en la ciudad de Grand Island, Nebraska (EEUU), se trata de "la noche de los tornados".

Siete fueron los tornados que a lo largo de aquella larga noche tocaron tierra en la población de Grand Island, que por aquel entonces tenía alrededor de 30.000 habitantes. Esta situación, que ha sido catalogada como una de las más raras en la historia de los EEUU, vino asociada a un episodio tormentoso de mayor tamaño que afectó a varios estados y que, cada vez que se desarrolla con un número mínimo de tornados, en los Estados Unidos recibe la denominación de Tornado Outbreak, que podría traducirse por algo así como "estallido tornádico". Estos fenómenos vienen asociados a un tipo concreto de célula tormentosa, conocido científicamente como Supercélula. A diferencia de las demás tormentas, estas tienen una estructura interna de circulación de corrientes ascendentes y descendentes muy bien organizadas, de manera que al no molestarse entre ellas le confieren a la tormenta además de una mayor duración una mayor capacidad para generar fenómenos meteorológicos muy adversos; tales como tornados, granizo de tamaño grande o lluvias torrenciales.

Estudios posteriores del fenómeno de Grand Island determinaron que durante tres largas horas un complejo de supercélulas de movimiento lento -se estima que viajaban a 13km/h- se situó en las inmediaciones de dicha ciudad generando hasta un total de siete tornados de movimiento errático a lo largo de la ciudad y que incluso en algún momento llegaron a producirse de forma simultánea. La mayor intensidad que se alcanzó fue la Categoría 4 de 5 en la escala Fujita, aunque lo que más sorprendió a la comunidad científica fue que tres de ellos tuvieran rotación anticiclónica (en sentido horario) uno de ellos alcanzando la categoría 3.

Finalmente, pese a los grandes destrozos materiales ocurridos y gracias a los sistemas de aviso de tornado, únicamente fallecieron 5 personas y 200 resultaron heridas en el conjunto de dicho episodio de "tornado outbreak" de principios de junio de 1980.