Recién terminado el año 2017, no quiero pasar por alto los últimos datos sobre la emancipación de los jóvenes españoles: en 2016, el 80 % de los jóvenes de 16 a 29 años no se pudieron emancipar (datos del último informe del Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud de España) La tasa de emancipación refleja el porcentaje de los jóvenes que viven fuera del hogar de sus padres.

¿Por qué está ocurriendo esto? ¿No quieren los jóvenes emanciparse? Respondiendo a estas preguntas, diremos que los jóvenes de 16 a 29 años constituyen el colectivo de ciudadanos con mayores probabilidades de encontrase en el umbral de la pobreza económica; es decir, «sufrir carencia material severa o residir en hogares con baja intensidad de empleo».

Si bien es cierto que, en 2016, el 37,6 % de la población en situación de pobreza o exclusión social ha disminuido, por primera vez, desde 2008. En 2017, la tasa de actividad se ha mantenido estable (del 55 % del segundo trimestre de 2016 al actual 55,4 % de 2017) y el empleo ha aumentado un 6,14 % en cifras absolutas; esto quiere decir que 147.000 jóvenes están trabajando más que el año anterior.

Estos datos, aparentemente positivos, contrastan con que, (1) el empleo ha disminuido entre la población con estudios primarios finalizados; (2) los contratos indefinidos representan menos del 8 % del total de nuevos contratos registrados a personas de 16 a 29 años; (3) los jóvenes con contratos temporales de menos de cuatro meses, repito, menos de cuatro meses representan el 18,8% del total, y de cuatro meses a menos de un año el 14,75 % del total; (4) la tasa de temporalidad de los jóvenes en 2017 se sitúa en el 57,6 % y sigue subiendo respecto a años anteriores según el Servicio Público de Empleo Estatal.

La precariedad laboral de los jóvenes es total y preocupante, como decían los profesores Félix Tezanos y Verónica Díaz en su libro La cuestión juvenil, ¿una generación sin futuro?: «Parece evidente que uno de los sectores, de rasgos sociales homogéneos, que está quedando en una situación más deteriorada en la estructura social y que padece en mayor grado problemas de exclusión, sobre todo laboral, está formada por los jóvenes».

¿Cómo se van a emancipar nuestros jóvenes? La tasa de emancipación en 2014 estaba situada en 22,1 % cayendo desde entonces año tras año y ahora se sitúa en el 19,4 %. Si comparamos con Europa, la tasa media de emancipación es del 52,1 % (franja de edad de 18 a 34 años, frente a los 16-29 de España), con una edad media de abandono del hogar familiar de 29 años entre los españoles y de 26 de los europeos.

Por último, la Comunitat Valenciana tiene una tasa de emancipación menor que el conjunto de España. «La situación del mercado laboral no es muy alentadora», asegura el último informe del Consejo de la Juventud de España. No es para menos, pues hay un problema con la calidad del empleo, en términos de temporalidad y sobrecualificación, con mayores tasas que la media española. Advierte el informe del Consejo que «esta situación tiene su reflejo en una importante tasa de pobreza y/o exclusión social entre las personas menores de 30 años, así como en un salario medio joven inferior al del conjunto de España».