La fenología estudia los efectos del clima en los seres vivos, las personas, los animales y las plantas. Esta es una ciencia relativamente joven, ya que las investigaciones sistemáticas se remontan al siglo XVIII, pero que de forma intuitiva existe desde hace muchos siglos, desde el Neolítico. En aquella época era necesaria la observación de la naturaleza para prever cuáles son los días del año más adecuadas para la siembra y la recolección de los cereales. Es una ciencia interdisciplinar, ya que convergen los intereses de los climatólogos y los biólogos. Hay observaciones fenológicas en Japón que se remontan hasta el año 705 en Japón (fuente: Wikipedia) que permiten reconstruir el clima desde ese año hasta la actualidad. En este país han estudiado la floración del cerezo, un árbol muy venerado y que atrae mucha gente para observarlo cuando está su floración en primavera, por el cromatismo de sus hojas. En Cataluña las observaciones fenológicas de Josep Comas entre 1952 y 2004 efectuadas en la villa de Cardedeu son un referente científico. Estos datos han sido correlacionadas con las temperaturas del observatorio meteorológico por el equipo del CREAF de la Universidad Autónoma de Barcelona, dirigido por el investigador Josep Peñuelas. Se ha observado como la floración y la foliación de los árboles se ha avanzado como consecuencia del cambio climático. Igualmente se ha observado un retraso en la caída de hojas de los árboles por la misma causa. La fenología se recoge en muchos refranes que permiten hacer predicciones meteorológicas. Por ejemplo cuando las moscas están pesadas o los pájaros vuelan bajo es una señal que va a llover, esto está causado porque en tiempo inestable el aire es más húmedo, a estos animales les pesan más las alas y por eso quieren más bajo. Hemos observado que en tiempo estable durante la primavera las ranas croan muy intensamente, y eso es señal de que los próximos días hará «buen tiempo», soleado y sin precipitaciones. Las líneas de los mapas que unen la misma fecha de llegada de las golondrinas u otras aves, igualmente como la fecha de floración del almendro o de caída de las hojas se llaman isofenas. Estos mapas reflejan como la llegada de la golondrina es más temprana en los lugares más cálidos de España, en la Depresión del Guadalquivir y la costa meridional andaluza (a finales del mes de enero) y es más tardía en las cordilleras y el norte de España donde el clima es más frío (a mediados del mes mayo).