Valencia va a protagonizar los grandes eventos deportivos de primer orden en la segunda mitad de la década actual. A la Copa del América de 2007, se une la celebración del Mundial de Atletismo en pista cubierta en marzo de 2008, meses antes de los Juegos Olímpicos de Pequín. Además ya trabaja en la organización de los primeros Juegos Europeos para 2010 y opta a ser la sede de la final de la Liga de Campeones de fútbol de 2010, si el nuevo estadio del Valencia CF está construido para entonces. Esta auténtica promoción internacional de la ciudad a través del deporte es fruto del gran trabajo de las distintas instituciones valencianas, así como del fervor de los aficionados valencianos que contagia a la mayoría de deportistas, como se comprueba cada año en los repetidos éxitos de público en el mundial de motociclismo en el Circuit Ricardo Tormo de Cheste. De hecho el presidente de la Federación Internacional de Atletismo, el senegalés Lamine Diack, aseguró ayer desde Moscú -donde Valencia pese a ser candidata única tuvo una excelente exposición del secretario autonómico del Deporte, David Serra y del delegado de Deportes del Ayuntamiento de Valencia, Cristóbal Grau-, que el entusiasmo y la perseverancia han sido decisivos para organizar los Mundiales en pista cubierta, una competición que viene a restañar la decepción que provocó quedarse a las puertas de los Mundiales al aire libre de 2009, a los que Valencia volverá a competir en 2011 y 2013. El velódromo Luis Puig, reconvertido en Pabellón de Deportes tras una remodelación, será el escenario de un campeonato que atraerá los mejores atletas del mundo y volverá a poner a Valencia en la primera línea del deporte mundial, con el consiguiente beneficio cívico y económico.