La alcaldesa de Sueca, Raquel Tamarit, hizo ayer balance de sus primeros 100 días al frente del consistorio, gobernado por Compromís y Gispm, y quiso destacar la creación de empleo como una de las medidas más importantes que se han llevado a cabo.

Tamarit destaca la puesta en marcha el Plan de Empleo, con un valor estimado de 330.000 euros. Este proyecto, en el que participan el Ayuntamiento de Sueca, la Diputación de Valencia y la Generalitat, dará trabajo a un mínimo de 55 personas durante tres meses. El ayuntamiento debía participar con 35.000 euros, pero finalmente se han destinado 250.000 euros.

La primera alcaldesa de Sueca aseguró que éste no es un plan de empleo a mínimos, sino que se ha buscado ofrecer un período de empleo mayor a lo establecido y, al mismo tiempo, que todos los beneficios del plan puedan revertir en el municipio. «Han sido cien días intensos, unos meses de mucho trabajo, arduo pero incansable y de poco descanso» en los que se ha cumplido con los ejes prioritarios, señaló Tamarit. La mayoría de gobiernos también están priorizando las ayudas a los sectores más desfavorecidos y, en el caso de Sueca, se ha hecho una aportación urgente de 105.000 euros en concepto de ayudas a los Servicios Sociales.

Saldar deudas

Desde el gobierno local añaden que la liquidación del presupuesto anterior, con un remanente de tesorería positivo superior a los cuatro millones de euros, ha servido para saldar las deudas que el consistorio mantenía con empresas adjudicatarias y para resolver el convenio regulador que se aprobó con las entidades locales de El Perelló y El Mareny de Barraquetes y que ha supuesto para Sueca 700.000 euros más de la cantidad presupuestada.

También se prevé destinar una partida a una auditoría energética, crear un servicio de mediación para que dos partes en conflicto no tengan que acudir a los servicios judiciales, transformar el matadero municipal en un albergue juvenil, construir una piscina descubierta y, por último, la actuación en los Molins de la Vila.

Polémica del himno

Si ha habido una polémica que ha marcado los primeros días de gobierno ha sido la generada en torno a la interpretación del himno de España en las procesiones. La Marcha Real dejó de sonar en uno de estos actos religiosos y el ayuntamiento alegó que se estaba trabajando en un nuevo reglamento sobre protocolo. No obstante, unas semanas después, cuando se celebró la principal procesión de las fiestas mayores el himno de España volvió a sonar. Tampoco gustó a algunos vecinos que se suspendiera la tradicional «Demanà de bous» (aunque no se anuló la semana taurina), lo que provocó que la alcaldesa fuera increpada durante una procesión.