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Las tortugas recuperan su territorio en l'Albufera

Quince pequeñas tortugas se afanaban ayer por salir de las cajas en las que las transportaban y sumergirse en las aguas del Tancat de Milia, ubicado en Sollana, para nadar por primera vez en libertad y unirse a las decenas de ejemplares que han convertido esta zona en el punto de recuperación del galápago europeo (Emys Orbicularis) en el Parque Natural de l'Albufera.

La destrucción de marjales y humedales, así como la introducción de tortugas exóticas, habían hecho desaparecer prácticamente esta especie hace unos años. Pero el Tancat de Milia, que además de funcionar como filtro verde para depurar las aguas de l'Albufera también actúa como reserva de flora y fauna, empezó a celebrar diversas sueltas de tortugas y, con las de ayer, ya son 44 ejemplares los que campan a sus anchas por esta zona.

Esta acción forma parte del programa europeo Life Trachemys que pretende recuperar las tortugas autóctonas en la Albufera. La fundación Global Nature es la responsable de la gestión medioambiental de la reserva, junto con la empresa valenciana Pavasal. Al acto de ayer asistieron Antoni Marzó, director general de Medio Natural; Joan Roda, alcalde de Sollana, además de representantes de Acuamed y Pavagua.

Nacimientos en libertad

La evolución es positiva. Las tortugas han encontrado en esta zona un lugar idóneo para vivir y reproducirse porque se han visto individuos silvestres y un ejemplar recién nacido, según evidencian los trabajos de seguimiento realizados por los técnicos. No obstante, esta especie sigue estando muy amenazada en la zona del Parque Natural de l´Albufera y, en general, en todo el litoral mediterráneo.

Los técnicos de la Consellería de Medio Ambiente también aprovecharon el acto de ayer para visitar el tancat de l'Illa, ubicado en Sueca, ya que se está barajando la posibilidad de reintroducir galápagos en esta zona.

Núcleos estables de población

El objetivo es que los ejemplares se reproduzcan allí, creando núcleos estables de población que no se vean alterados por las actividades humanas y que sean capaces de prosperar por sí solos.

El responsable de Global Nature, Antonio Guillem, hizo ayer un balance positivo de la evolución de la presencia de estas especies en el lago valenciano.

Además de galápagos, también se han introducido numerosas aves y se han encontrado ejemplares de Blenio, un pez que se creía extinto en el lago desde hacía más de 40 años.

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