Ya lo dice un viejo refrán: «Donde menos te lo esperas, salta la liebre». Y, efectivamente, en este caso así ha sido. Más de doce años han estado ocultos en cajas llenas de polvo más de trescientos ejemplares del libro «Nadant a Cullera. Travessies i nadadors que han fet història», una obra de Alejandro Creus Font que vuelva a ver la luz tras un largo período de olvido.
La concejalía de Deportes que dirige Javier Cerveró ha empezado a repartir los libros recuperados entre los alumnos de tercero y cuarto de la ESO de los centros educativos de la localidad con el objetivo de darle utilidad a un volumen que los anteriores equipos de gobierno defenestraron en una sala sin uso. El edil explicó ayer que la intención es difundir la historia de la natación entre las nuevas generaciones y fomentar la práctica de este deporte entre los más jóvenes, ya que esta disciplina es de gran tradición en esta localidad marinera.
«Estamos haciendo justicia con el autor y con la historia de la natación en Cullera, porque es incomprensible cómo se ha podido mantener en la sombra este patrimonio que debe enorgullecernos a todos», destacó el concejal en un acto de entrega a estudiantes del IES Llopis Marí.
En el mismo estuvo presente el autor, reconocido nadador que fue jefe durante años del servicio de socorrismo del municipio. Creus explicó a los alumnos la importancia de la natación en la localidad y tuvo la oportunidad de intercambiar experiencias y contar anécdotas sobre este deporte.
«Nadant a Cullera» fue editado por el último gobierno progresista de Cullera, siendo alcalde Joan Grau y concejal de Deportes Enric Tormos i Escrivà. La publicación fue editada por el consistorio y supone un estudio de la evolución de la natación en Cullera desde sus inicios. Creus bucea en acontecimientos especiales de las distintas épocas e indaga sobre distintos personajes relevantes de esta categoría deportiva.
No es una novedad lo acontecido en Cullera. Muchos ayuntamientos apadrinaron libros que después no se usaron de forma práctica. El último caso conocido (realmente insultante) fue el de la Generalitat Valenciana. El nuevo Consell descubrió recientemente que más de 375.000 libros llevan años cogiendo polvo en un almacén de Riba-roja. La Generalitat, a través de sus consellerias e instituciones como el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), la Biblioteca Valenciana, la Llum de les Imatges y otras entidades públicas editó durante años (en el periodo con el PP en el gobierno) miles de libros sin ningún criterio.
Ejemplares que vieron la luz sin haber pasado por ningún control y que acabaron en la oscuridad, apilados en cajas de cartón sobre unos 900 palés y cuyo almacenaje cuesta 4.500 euros al mes. Formado por 2.100 títulos, se encuentran grandes clásicos valencianos, catálogos artísticos, libros de cocina, leyes, o mapas de carreteras e infraestructuras, entre otros. Lo que tienen en común es que todos han sido firmados o avalados por excargos políticos.
