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Los jabalíes rastrean los cultivos al arder la masa forestal de Carcaixent

El incendio calcina el hábitat de miles de animales que ahora se ven obligados a buscar comida en zonas cercanas a la localidad - La muerte de reptiles, anfibios o invertebrados es incalculable

Los jabalíes rastrean los cultivos al arder la masa forestal de Carcaixent

El destructor incendio que hace unos días arrasó gran parte de la masa forestal de Carcaixent dejó más de 2.000 hectáreas convertidas en ceniza. Ese daño es cuantificable, aunque a día de hoy todavía se desconoce el perjuicio que ha tenido sobre las muchas especies animales que ocupaban ese entorno. Y el impacto se presume mayúsculo. Las abundantes manadas de jabalíes que habitaban ese espacio boscoso de Carcaixent han visto como la mayor parte de su hábitat ha desaparecido por culpa del fuego. Una vez calcinada el 80% de la superficie, estos mamíferos se ven obligados a acercarse a los cultivos que se salvaron del fuego para conseguir alimento y sobrevivir. Eso a menudo supone bajar a zonas pobladas por personas. Ya hay muchos testimonios de su presencia en zonas de cultivo del Reialenc.

Se agrava así una situación que ya venía produciéndose en los últimos años, con especial hincapié en los últimos meses, ya que la sequía que se vivía (y se vive) en las montañas está haciendo que los jabalíes y otras especies se vean con la obligación de acercarse a zonas urbanas en busca de comida. Es el caso de otros animales como cabras o conejos. Los agricultores de la comarca (y entre ellos, AVA-Asaja) han denunciado constantemente la necesidad de que los cazadores controlen más las poblaciones de animales que están causando grandes daños en las cosechas, ya que escarban en la tierra en busca del riego por goteo para buscar el agua y también devoran algunas frutas. Los agricultores han llegado a constatar que algunas manadas de jabalíes se han hecho ver incluso en la zona de los arrozales de la Ribera Baixa, lo que ha provocado medidas extraordinarias de la conselleria para permitir más tiempo de caza a las asociaciones locales.

El incendio no ha hecho más que intensificar el problema. El estilo de vida de los jabalíes es sencillo: ocultarse durante el día y emerger por la noche en busca de raíces, tallos o pequeños mamíferos que les sirvan de alimento. En las horas diurnas escogen zonas de densa vegetación para desaparecer de la vista de los depredadores y de la vida humana. Pero todo esto ha cambiado debido al fuego. La zona boscosa se ha reducido de manera drástica, por lo que su seguridad se ve en riesgo ante la ausencia de lugares donde esconderse. Saciar su hambre se ha complicado también con la desaparición de gran parte de la masa forestal, sumada al abandono habitual de las montañas, lo que obliga a los jabalíes a acercarse a zonas urbanas y campos de cultivo en busca de sustento.

Pero dicho animal no es el único que ha sufrido con el incendio. Son muchas las aves que han tenido que emigrar por el efecto de las llamas, caso de especies como abubillas, palomas, mirlos o carboneros comunes. Otros animales no tuvieron tanta suerte y fueron calcinados en masa. Son los casos de serpientes, lagartijas, fardachos, dragones, ratas, ranas, escorpiones o langostas. Las pérdidas son incuantificables. La reforestación deberá ir complementada por la repoblación.

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