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El presidente de la JLF está «abatido» y fía su futuro a la decisión de los presidentes

Juan Lluesma cree que «se está magnificando un error humano y que al final las perjudicadas son las propias fallas de Carcaixent»

El presidente de JLF de Carcaixent, Juan Lluesma, ha dejado su continuidad en el cargo en manos de los presidentes de las fallas después de que en la reunión del pasado martes se aportaran pruebas de que la decisión de llevar a Dénia a las falleras mayores de 2017, entre las que se encuentra su propia hija, en lugar de a las representantes oficiales de 2016 no fue tan premeditada. Lluesma se mostró abatido ante el escándalo y su repercusión mediática y añadió: «Si me voy se irá toda la corte, ya que yo fui quien la designé; de esta forma Carcaixent se quedaría sin falleras a un mes de su nombramiento, cuando ya tienen los trajes hechos y todo preparado».

El presidente de JLF cree que «se está magnificando un error humano» y reitera su perdón a las Falleras Mayores de 2016, ofreciéndoles como «compensación llevarlas a la Batalla de les Flores de Valencia o dejar por escrito que el año que viene sean ellas quienes vayan a Dénia». Juan Lluesma asumió las culpas del «error humano» que fue llevar a las reinas de 2017 a la fiesta de las carrozas de Dénia, en lugar de que desfilaran las del ejercicio actual. Aunque la Regina de las fallas del año viene, Andrea Lluesma, es la hija del presidente Juan Lluesma, éste asevera que no se la llevó por ser su hija «sino como Fallera Mayor 2017 de Carcaixent».

El representante de la JLF se mostró incrédulo ante el comportamiento de los miembros de las fallas que siguen acusándole por el error que ha cometido. Lluesma sostiene que las falleras mayores de 2016 «quieren venganza y no aceptan ninguna de las propuestas que les hago». El presidente de la JLF volvió ayer a pedir disculpas por lo que ha calificado como una «equivocación» que no tenía «mala intención, ni buscaba herir la sensibilidad de las falleras mayores de 2016».

Lluesma lamenta que el escándalo que precipitó el desfile de carrozas en Dénia «haya llegado hasta la vida privada» de las falleras mayores de 2017 y lamenta que eso «les esté afectando a ellas, que no son culpables de nada». Tras admitir que lo ha «hecho mal desde el principo» pidió que la vorágine que se ha desatado «termine lo antes posible» porque su familia «lo están pasando mal y todo ello está perjudicando la imagen de las Fallas de Carcaixent». También reprocha que hayan tratado de «juzgarle como un criminal» y sigue sin entener porqué continúan acusándole. Lluesma entona el mea culpa aunque le cuesta reconocer que las fechas contradicen su versión de los hechos.

El futuro de Juan Lluesma en la Junta Local Fallera de Carcaixent queda ahora en manos de la decisión que adopten los presidentes de las distintas fallas del municipio y los miembros de la junta local. La decisión estará marcada por el comportamiento del presidente con las falleras mayores de 2016 y por la discriminación que sufrieron durante la celebración de la cena de los bocetos acaecida a finales de junio.

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