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Urbanismo

El Consell archiva en catorce meses PAI que proyectaban 8.000 viviendas en la comarca

La Conselleria de Urbanismo ha anulado diez planes que recalificaban una superficie de cuatro millones de metros - La Comisión Territorial ha dado carpetazo a cuatro proyectos en Llaurí y tres en Alzira y Guadassuar - La justicia y los informes ambientales habían cuestionado los programas

El Consell archiva en catorce meses PAI que proyectaban 8.000 viviendas en la comarca

Desde el cambio de gobierno autonómico, hace algo más de un año, la Comisión Territorial de Urbanismo ha sepultado diez PAI en la comarca de la Ribera que proyectaban la construcción de algo más de 8.000 viviendas. La superficie total de los proyectos desestimados alcanza los 4.059.015 m2, o como suele decirse en estos casos, el equivalente a 400 campos de fútbol. Llaurí, con cuatro, y Guadassuar y Alzira, con tres, son las localidades que han visto cómo la Generalitat ha dado el carpetazo definitivo a unos proyectos de expansión urbanística fraguados en el «boom» inmobiliario que se han ido quedando por el camino por diferentes motivos.

Llaurí es la localidad con más descartes en este periodo de tiempo. El primero de ellos ya fue desacreditado por la justicia en el año 2010, se trata del proyecto en la zona conocida como Fonteta del Torrut. Allí, el ayuntamiento (con Juan José Cucarella a la cabeza) proyectó, en 2006, en torno a 1.400 viviendas en una superficie de casi un millón de metros cuadrados, aunque se llegó a modificar reduciendo los terrenos para construir a prácticamente la mitad. El plan se dio de bruces con el TSJ, que constató el incumpliminto de la legislación y vio un trato de favor en el procedimiento de selección del agente urbanizador. Precisamente, aquel mismo año, el máximo organismo judicial también desechó el PAI que esbozaba un área industrial de 166.000 m2 en el Hort de Llinares. Ya algo más reciente, concretamente de finales de 2015, es la cancelación de otros dos proyectos urbanísticos de Llaurí. La Comisión Territorial se cargó de un plumazo tanto el PAI del Pla de Tisneres como el del Barranc del Senyor. Y con ello la reclasificación de algo más de 33.000 m2 con 122 viviendas (entre ambos planes).

En el caso de Alzira, dos de los planes enterrados recientemente estaban relacionados con la construcción de macrourbanizaciones. Uno de ellos, el de la Garrofera, contemplaba la construcción de 3.000 viviendas (aunque el plan general del PP también incluía una ampliación del mismo) y un campo de golf en una superficie que llegaba a superar el millón de metros cuadrados. Conjutamente, la Comisión Territorial le echó el guante al PAI de de Sos. La administración local, con Elena Bastidas como alcaldesa, había defendido la construcción de una urbanización en la mencionada finca en el valle de Aigües Vives: 780 viviendas, un hotel de lujo y otro campo de golf eran los planes para el lugar.

Evaluación ambiental

Ambos casos se encontraron, además de con el rechazo del Govern, con un informe de Evaluación Ambiental que cuestionó los proyectos. En el plan de la Garrofera, se reclamó al ayuntamiento un justificación más concreta de la de necesidad de construir 3.000 viviendas separadas del núcleo urbano (incumpliendo con el modelo de ciudad compacta). Por lo que respecta a Sos, se habló de su impacto sobre el territorio y la afección a valores, recursos y riesgos naturales.

Un tercer plan, en esta ocasión parcial, también fue fulminado recientemente por Urbanismo. La zona del Hort de Galvañón sufrió una reconversión de parte de su terreno, que pasaba de residencial a comercial. La intención era usar esa parcela, de unos 5.800 m2, para la construcción de un supermercado.

Finalmente, está el caso de Guadassuar. Por un lado, se encuentra el PAI del polígono industrial de Garrofera II. El ayuntamiento, dirigido en aquel momento por José Ribera, tuvo sus más y sus menos con la constructora del proyecto porque ésta pretendía abandonarlo tras una demora de cinco años, en los que la conselleria no dio su aprobación definitiva. La superficie de este plan parcial desterrado por Urbanismo era de medio millón de metros cuadrados.

El Consell paralizó los otros dos a principios de año. Uno de ellos, el de l'Alter, pretendía ampliar el casco urbano hacia l'Alcúdia, edificando 2.031 viviendas en una superficie de 525.990 m2. El segundo «no» recayó en el plan que proyectaba la ampliación del suelo industrial en 93.355 m2, en el conocido como PPI-3. Después de conocerse ambas negaciones, el concejal de Urbanismo, Vicent Rosell, reconoció a este diario que no se pensaba modificar el PGOU en el que se contemplaban estos planes, dando vía libre a futuras promotoras para reiniciar los trámites.

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