El inicio de la campaña del caqui y, en menor medida, la de la naranja, propiciaron en octubre una caída histórica del desempleo en la Ribera que también deja la cifra de paro registrado en niveles desconocidos desde los primeros años de la crisis. La comarca cerró el mes pasado con un total de 22.468 demandantes de empleo inscritos en las oficinas del Servef, lo que representa una caída del 11 % respecto del mes anterior, en que el servicio de empleo público computaba 25.242 parados, mientras que una comparativa interanual refleja un descenso del 12,56 %. Para encontrar un mes de octubre con un volumen de desempleados inferior hay que remontarse al año 2009. Las estadísticas del Servef reflejaban entonces 16.854 parados, una cifra que un año después la crisis disparaba por encima de los 28.200 demandantes de empleo y que seguiría subiendo en años posteriores.

Con todo, el peso de la agricultura en la economía comarcal tiene su reflejo cada otoño en las cifras del paro, que de forma cíclica descienden por el tirón del arranque de la campaña, aunque hacía muchos años que esta caída no era tan acusada, ya que la reducción del 10,99 % se traduce en 2.774 desempleados menos que en septiembre. Esta cifra representa un 40 % de la minoración de parados registrada en octubre en el conjunto de la Comunitat Valenciana. Se trata sin duda de un dato positivo, aunque los sindicatos alertan de que el paro real es mayor -y así lo suele reflejar la Encuesta de Población Activa (EPA)-, ya que el Servef controla el paro registrado, es decir, el número de parados inscritos, si bien hay una bolsa de desempleados de larga duración que han agotado todas las prestaciones y que ante la falta de expectativas no renuevan su inscripción y no figuran en esta relación.

Un análisis de los datos publicados ayer revela que el desempleo se reduce en todos los sectores de actividad, pero es el agrícola el que registra la caída más pronunciada que, en el caso de la Ribera Alta, supera el 32 %, mientras que en la Ribera Baixa se aproxima al 12,5 %.

Por municipios, las principales zonas productoras de caqui también experimentan los mayores descensos, que alcanzan el 37,61 % en l'Alcúdia, el 20,42 % en Carlet y casi un 19 % en Alginet. La campaña citrícola también contribuye a esta reducción del paro en la Ribera, ya que el número de desempleados se reduce en todos los principales municipios y ciudades de la comarca salvo en Cullera, donde el desempleo experimenta un repunte de casi el 3 % (ver cuadro adjunto).

El secretario comarcal de UGT, Raül Roselló, señaló ayer que los datos de octubre reflejan las tendencias habituales de esta época con una gran incidencia de la campaña agrícola y destacó como ejemplo que «más del 70 % de los contratos que se han registrado de más este mes son del sector agrario y de almacenes de cítricos, frutas y hortalizas». El dirigente sindical comentó que es una muestra de la estacionalidad del mercado de trabajo en la comarca y señaló como datos preocupantes, cuando no alarmantes, la elevada temporalidad y la caída de la tasa de cobertura.

Roselló alertó, por un lado, de que la contratación indefinida no sólo no remonta en la Ribera sino que incluso desciende y ni siquiera alcanza la proporción de un contrato indefinido por cada diez eventuales. «Es un parámetro que no mejora, se constata que en el mercado de trabajo sigue enquistada la temporalidad», incidió. Cabe señalar que el Servef contabiliza en octubre un total de 15.672 contratos formalizados en la Ribera de los que apenas 1.387, un 8,8 %, son indefinidos, frente a los 14.285 temporales.

«Recuperación poco sólida»

El dirigente comarcal de UGT alerta además de que la tasa de temporalidad, que siempre ha sido elevada en la comarca, ha subido en el último trimestre «hasta valores olvidados» ya que un 32 % de los trabajadores asalariados tiene contratos temporales.

El otro dato «alarmante» que señala Raül Roselló es la caída de la tasa de cobertura en casi cinco puntos. «Se puede concluir que la reforma laboral y demás medidas del Gobierno, lejos de corregir la dualidad del mercado de trabajo, están extendiendo la precariedad y la desigualdad en el mercado laboral», comentó ayer el secretario comarcal de UGT, mientras denunciaba que la recuperación del mercado de trabajo es «poco sólida».

El dirigente sindical alertó de que se está creando una nueva clase social de trabajadores «con empleo pero pobres» y, al mismo tiempo, «empresas precarias con una producción de bajo valor añadido y, por tanto, con grandes dificultades para competir en los mercados».

Roselló propone un plan de choque por el empleo que contemple políticas activas desde el sector público «así como la protección de las personas, teniendo como objetivo la creación de empleo de calidad y con derechos».