El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, mostró ayer su disposición a avanzar de la mano de ayuntamientos y mancomunidades en un proceso de descentralización -emplazó al resto de Comunidades Autónomas a adoptar «con sinceridad» el proceso de «segunda descentralización»- y reclamó una reforma «profunda» de la Ley de Racionalización de la Administración Local, «sino su eliminación», para que los ayuntamientos y mancomunidades «recuperen su autonomía y su capacidad de gestión».

Puig realizó estas declaraciones en la inauguración de la Conferencia Internacional de Mancomunidades que, durante tres días, reúne en Alzira a representantes de municipios y asociaciones de municipios de más de 25 países diferentes. Se trata de una cumbre organizada por la Mancomunitat de la Ribera Alta con motivo de su vigésimo aniversario.

Puig defendió las mancomunidades como un elemento de cohesión en un territorio como la Comunitat Valenciana en el que, según dijo, «la estructura provincial no da respuesta a una realidad mucho más comarcal». El president comentó que, en estos momentos, mancomunidades y diputaciones son compatibles, pero señaló que a medio plazo habrá que realizar «un debate sobre la arquitectura institucional valenciana pensando sobre todo en los ciudadanos». No obstante, también dejó claro que mientras no haya un acuerdo que supere esta situación «hay que jugar con las instituciones que hay».

Con todo, el presidente de la Generalitat se definió como un «convencido del ámbito local» y señaló que en la actual estructura de la Administración -estatal, autonómica y local- «no hay subordinación» de unas a otras y reclamó una «gran alianza institucional para que los ciudadanos tengan los mejores servicios». Ximo Puig anunció que la nueva ley sobre mancomunidades que ya tramita el gobierno valenciano reforzará el municipalismo, a la vez que anunciaba la puesta en marcha este año por primera vez del Fondo de Cooperación Municipal que aprobó el anterior gobierno en 1999 y nunca se había hecho efectivo. «Los ayuntamientos van a decir qué es lo que quiere priorizar, no se puede continuar teniendo una mirada paternalista respecto al mundo local», indicó.

Por su parte, el presidente de la Mancomunitat de la Ribera Alta, Txema Peláez, señaló que la nueva ley plantea grandes retos «porque las mancomunidades tienen que estar a la altura» y enmarcó el encuentro internacional que se celebra en Alzira desde la voluntad de «enseñar y aprender, compartir e intercambiar» con los representantes de otros países para afrontar estos retos a través de una mejor preparación.