La ciudadanía ribereña salió ayer a la calle para recordar a Miguel Ángel Blanco, el edil del PP asesinado por ETA hace ahora veinte años. Municipios como Alzira, Cullera, Carcaixent o Alberic realizaron concentraciones en las que se pudieron ver a los principales representantes políticos, en unos actos que se reprodujeron a lo largo del territorio español. En Cullera, por ejemplo, el alcalde, Jordi Mayor, leyó un manifiesto en recuerdo del espíritu que impulsó la sociedad española «a unirse contra el terrorismo etarra» y aprovechó la cita para condenar todo tipo de violencia. «Han pasado dos décadas y la violencia del terrorismo etarra ya forma parte del pasado. No podemos olvidar sin embargo que el terrorismo, con diferentes siglas y reivindicaciones, continúa manifestándose por todas partes, causando víctimas y dolor, y como demócratas tenemos que continuar luchando para asegurar una convivencia exenta de imposiciones a través de la violencia, por una convivencia en plena libertad», pronunció en Carcaixent el alcalde, Paco Salom.

Por su parte, el alcalde de Alberic, Toño Carratalá, dijo que el terrible asesinato de Blanco sirvió para unir a la población española «y para que desapareciese el miedo». «El coraje del país contra ETA acabó provocando el final de la banda», añadió el primer edil.