Ya puede decirse que Cristina González y Xaro Castellà son profetas en su tierra. The Rolling Caravan, el «food truck» con el que las dos gandienses quedaron finalistas en el popular programa de TVE «Cocineros al volante», es una de las 20 instaladas este fin de semana en la plaza del Prado, en el centro de Gandia. Se trata de la primera vez que la capital de la Safor acoge una feria gastronómica de este tipo donde se ofrece comida rápida sobre ruedas, desde originales caravanas llegadas de diferentes puntos de España.

Cristina y Xaro reconocen que el programa les ha cambiado la vida. Duró nueve semanas y tras llegar a la final, en la que quedaron terceras, se han echado a rodar con su peculiar estilo «pin up» ofreciendo gofres artesanales, tartas al corte, galletas y «cupcakes», todo ello elaborado, como ellas dicen, «con mucho amor».

Pese a ello, entre semana siguen con sus rutinas; Cristina regenta junto a su hermana una cafetería en Gandia y Xaro es fotógrafa gastronómica y especialista en recreaciones «vintage». Ellas han aprovechado el tirón mediático y no dudan en hacer kilómetros. «Conduzco yo, que Xaro no tiene carné», puntualiza Cristina. Les piden autógrafos, sobre todo los niños, ya que también han salido en Clan, el canal infantil de la televisión pública. Les gustaría que Gandia les facilitara un puesto fijo para la furgona en la playa.

En la feria hay otras dos caravanas que también pasaron por «Cocineros al volante». Una es «El Kiosco», cuyos propietarios tienen tres locales en Madrid con el mismo nombre. Otra es «La Crepería», llegados desde Barcelona, con un impresionante autobús de estilo americano. También sirve comida Matías, hijo de Javier Brichetto, uno de los ganadores de esta primera edición del programa. El concurso de televisión ha popularizado el «food truck», un servicio hostelero que nació en Estados Unidos. La mayoría se lanzó a esta moda hace poco, algunos incluso este mismo año. Pero otros, como «Salchichen», fueron pioneros en España y empezaron hace seis años con su caravana, apostada en la puerta del Corte Inglés de la Castellana, en Madrid. Combinar comida sobre ruedas y una imagen entre «hipster» y «country»requiere una inversión mínima de unos 20.000 euros.

La feria acabará este domingo. El viernes por la noche recibió la visita de la alcaldesa, Diana Morant, y otras autoridades locales. «Apoyamos este tipo de ideas que surgen de la iniciativa privada y que ayudan a proyectar una buena imagen de Gandia», dijo.