«No puedo tomar el sol, cada vez que lo hago me sobreviene una crisis, pero de las malas, de esas que duran tres días y te dejan tirada en la cama». Lidia G., de 40 años, sabe lo que es la migraña desde muy joven pero desde hace un año ha observado que exponerse a la radiación es sinónimo de un intensísimo dolor de cabeza.

«El año pasado ya lo pasé muy mal pero este es que no puedo estar ni diez minutos, lo paso muy mal, es tremendo, no sé qué ha cambiado ni cual es la explicación, pero ahora es imposible, mucho peor que el año pasado, con solo estar diez minutos al sol leyendo el periódico me arriesgo a sufrir una crisis de esas de tumbarte en la cama que no se quitan ni con medicación».

La afectada, que es una migrañosa de libro, reconoce que este fin de semana se ha tenido que tomar una caja entera de Imigran para combatir el último ataque y que tiene pánico al sol.

«El verano pasado ya empezó pero este es terrorífico», confiesa Lidia, que asegura que ha renunciado por completo a los baños de sol y a ir a la playa o estar en la piscina.

La Sociedad Española de Neurología (SEN) ha informado que la gran mayoría de las personas con cefaleas o migrañas desarrollan con más facilidad sus patologías en verano, sobre todo en los días más calurosos.

Causas físicas

«El calor y las altas temperaturas incrementan el riesgo de cefaleas debido a la dilatación de las arterias y al aumento de la presión atmosférica», explicó Samuel Díaz Insa, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN.

El especialista destacó que el dolor de cabeza puede aparecer por una insolación o agotamiento por excesode actividad y puede sobrevenir acompañado de náuseas, calabres, hipotensión, visión borrosa, cansancio, sudoración o incluso pérdida de consciencia, en el caso de que se produzca un golpe de calor.

Cuidado con el frío

El especialista resaltó que la propia intensidad de la luz en verano es otro factor desencadenante de las cefaleas, aunque uno de los motivos más recurrentes son los provocados por los estímulos fríos que producen cambios bruscos de temperatura corporal, bien por tomar una bebida fría, un helado o por el efecto del aire acondicionado.

Los últimos datos epidemiológicos indican que de un 85 a un 90 % de la población ha tenido algún episodio de cefalea durante el último año. La migraña tiene una prevalencia del 12-13 %, pero en el grupo de las mujeres la cifra se eleva cinco puntos y se sitúa en el 18 %.