Jordi Escudé, Berga

A sus 25 años, Rubén Noé Coronado se ha instalado en Berga, Barcelona, con su pareja Esperanza Ruiz, huyendo de las presiones familiares que tenían en Málaga, donde vivían antes.

El embarazo es de nueve semanas. ¿Hace vida normal?

-Más o menos. Tengo que hacer reposo. Soy vigilante de seguridad y técnico de imagen y sonido, pero no trabajo desde que inicié el tratamiento, hace cosa de un año.

¿Le costó encontrar una clínica que aceptara su caso?

-Uf!. De las 155 privadas que hay en España que atiendan un proceso como el mío, hubo una dispuesta. Les enviamos e-mails y cuando una contestó, nos aferramos. Es una clínica de Barcelona, pero nos pidieron que no hiciéramos público el nombre hasta que la gestación no estuviera avanzada, porque no se sabe como puede reaccionar la gente.

¿Qué tratamiento ha seguido?

-En marzo dejé de hormonarme, y el siguiente paso fue provocarme el ciclo menstrual y hacer habitable la matriz, como cualquier otro tratamiento de fertilización.

¿Se volverá a hormonar después del parto?

-No, hasta que no me hayan sacado la matriz. Esperaré que mi cuerpo vuelva a la situación inicial, me extirparé la matriz y me haré la reconstrucción genital masculina. Llegaré al final, para mí es imprescindible, lo que no sé es en cuánto tiempo.

¿No habrá más hijos, pues?

-No. En todo caso, por adopción.

¿Y ahora no os habías planteado adoptar?

-No, porque en teoría todo el mundo tiene derecho a la adopción, pero siempre hay quien se queda al final de la lista, y pensamos que teníamos una posibilidad nula de conseguirlo por nuestra condición.

¿La "hormonización" puede hacer que su embarazo tenga más riesgo?

-No han nada que indique que puede haber problemas. Lo único que se podría producir es una atrofia del endometrio. Lo que realmente lo convierte en un embarazo de riesgo es la epilepsia que tengo, pero he de seguir las mismas pautas que cualquier mujer epiléptica en estado de gestación.

Se debe controlar a menudo...

-Cada semana voy al médico porque tengo crisis continuas, pero de momento todo va bien. Me trata una única clínica pero mis hijos no nacerán en esta clínica porque tengo miedo que haya alguna filtración y quiero evitar un alud de medios de comunicación. No quiero que aparezca ninguna foto de mis hijos y por eso iré a un hospital público.

En las revisiones le deben enseñar ecografías...

-Sí, pero no las tengo para no estar tentado de hacerlas públicas. Es la intimidad de mis hijos y he de salvar su integridad. De ahí viene que también quiera que mi parte sea en una clínica pública, grande, y eso explica que haya hecho público mi embarazo ahora, porque en el momento del parto todo el mundo ya esté más calmado en relación a este tema.

Pero eso puede generar dudas sobre la veracidad del embarazo...

-Aunque no lo enseñe es justificable con informes médicos, análisis de sangre... y también porque en estos momentos no tendría un lugar donde esconderme. No quiero que mis pruebas y mi historial médico vayan volando por el mundo y para evitar que esto pase, la única manera es que las pruebas las tenga yo.

Admitirá que es un caso extraordinario. ¿Cómo encaja la crítica?

-Vivimos en un país libre y democrático. También dicen que voy cobrando exclusivas...

¿Y no es cierto?

-No, y eso que la prensa española va de cara al sensacionalismo barato, al enfrentamiento, y lo que menos queremos es que esto sea un circo mediático. Los niños han de nacer con la máxima normalidad. Lo único que queremos es que se nos trate con el máximo de respeto, normalidad y naturalidad posible. No se trata de demostrar nada, porque será demostrable de aquí a dos o tres meses, cuando se me vea la barriga. De mi historial clínico no tengo nada que ocultar, pero ya no puedo decidir solo por mí, sino por mí y por los hijos que vienen.

¿Y se dejará fotografiar la barriga de embarazado?

-Eso está pendiente, no lo tengo claro, pero probablemente me deje hacer fotos porque igual me las harán, y antes de que se lucre otro, lo haré yo. Pero ahí hablamos de mi físico, y, en todo caso, se vendería mi imagen, no la de los niños.

¿Dicen que si los gemelos son nenes, uno de ellos se llamará Rubén Noé, como usted?

-Sí, porque este nombre relata mi historia. Cuando comencé a buscar un nombre masculino, el primero que me vino a la cabeza fue el de Noé, porque era corto, contundente, y poco común en la zona donde me crié.